Cartas al director

Contra Savater

En EL PAIS del 23 de agosto de 1985, y dentro de uno de los edificantes y prodigados sermones (esta vez titulado La izquierda y el individuo, hoy) con los que esa gloria de España que es el reverendo don Fernando Savater intenta conducir por el buen camino a los descarriados, me alude sin nombrarme, atribuyéndome el haberle reputado de "vendido a los amos del capital" desde las páginas del diario Egin, de Donosti, en el curso de lo que él califica de "discusión callejera" mantenida conmigo.He releído lo que en aquella ocasión escribí, y lamento no poder dar la razón a don Fernand...

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En EL PAIS del 23 de agosto de 1985, y dentro de uno de los edificantes y prodigados sermones (esta vez titulado La izquierda y el individuo, hoy) con los que esa gloria de España que es el reverendo don Fernando Savater intenta conducir por el buen camino a los descarriados, me alude sin nombrarme, atribuyéndome el haberle reputado de "vendido a los amos del capital" desde las páginas del diario Egin, de Donosti, en el curso de lo que él califica de "discusión callejera" mantenida conmigo.He releído lo que en aquella ocasión escribí, y lamento no poder dar la razón a don Fernando, como él se merece. Jamás le he reputado de lo que nuestro heroico pastor de almas afirma le reputé, lo que, aparte de hacerme corresponder a su amable preocupación por mi sordera con la mía por su vista irremediablemente me evoca la famosa teoría del doctor Sigmund Freud acerca del significado del lapsus y las equivocaciones verbales con las que a veces el subconsciente de algunos suele divertirse gastándoles inocentes jugarretas.-

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