Reportaje:SALUD

Ondas de choque contra las piedras

Para evitarlas en verano hay que tomar más agua

Sin duda, uno de los dolores que más se teme es el de los cólicos renales. Hay quien lo considera incluso peor que los dolores del parto, situándolos directamente como la más insoportable de las afecciones dolorosas. Casi siempre, estos cólicos se deben a la presencia de piedras o cálculos en el sistema urinario. En España se calcula que más de 500.000 personas sufren esta dolencia, que aparece con mayor frecuencia en los meses de calor ya que la eliminación del agua a través de la sudoración, y no del riñón, puede facilitar la formación de piedras si no se aumenta, para evitarla, la ingestión...

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Sin duda, uno de los dolores que más se teme es el de los cólicos renales. Hay quien lo considera incluso peor que los dolores del parto, situándolos directamente como la más insoportable de las afecciones dolorosas. Casi siempre, estos cólicos se deben a la presencia de piedras o cálculos en el sistema urinario. En España se calcula que más de 500.000 personas sufren esta dolencia, que aparece con mayor frecuencia en los meses de calor ya que la eliminación del agua a través de la sudoración, y no del riñón, puede facilitar la formación de piedras si no se aumenta, para evitarla, la ingestión de líquidos.Las piedras se forman por un exceso de sales en la corriente sanguínea, que cristalizan en la orina cuando el riñón realiza su labor de filtrado y eliminación de toxinas en la sangre.

Nadie que haya sufrido un cólico de riñón confundirá los síntomas. El dolor -agudo e insoportable, que aumenta hasta un punto máximo, para aliviarse después y reaparecer de nuevo en unos minutos- lo hace fácilmente identificable. En ocasiones puede que se presente también dolor al orinar y sangre en la orina.

Puede estar ocasionado tanto por un cálculo de gran tamaño, que lleve años formándose, como por una ligera arenilla que desgarra la mucosa del tracto urinario al recorrerlo hacia la vejiga. Si es esta última la causa, las molestias cesarán rápidamente y tan sólo es necesario mantener un mínimo de precauciones para evitar que su repetición pueda causar lesiones renales más graves.

Pero si el cálculo es de gran tamaño, es necesario la mayoría de las veces intervenir quirúrgicamente para extirparlo, con los riesgos adicionales que toda operación supone.

Recientemente se ha instalado en Madrid y en Barcelona un sistema de eliminación de cálculos sin necesidad de estas operaciones, basado en el principio físico de que siempre que un cuerpo se mueve en un medio con una velocidad superior a la del sonido se producen ondas de choque en este medio. Este nuevo procedimiento, denominado litotricia extracorpórea, destruye los cálculos mediante las altas presiones que las ondas de choque ejercen, desintegrándolos en pequeños fragmentos eliminables por la orina sin lesionar otros tejidos.

La aplicación de esta nueva terapia evita la necesidad de las operaciones, especialmente en aquellos casos en que los cálculos están asociados a otras dolencias que hacen imposible en ocasiones la intervención. El 35% de las urgencias urológicas y entre el 25%30% de la actuación quirúrgica del urólogo se deben precisamente a cólicos renales.

La extensión del nuevo método será lenta, ya que hace falta un equipo técnico, muy sofisticado y caro, formado básicamente por un sistema generador de ondas de choque (compuesto por un reflector elipsoidal que concentra las ondas en el cálculo, los electrodos para la de carga eléctrica y un generador de impulsos), un sistema de rayos X para localizar el cálculo y una litera que permita la posición adecuada del paciente para la aplicación óptima de las ondas de choque.

Los cálculos renales los sufren tres veces más los hombres que las mujeres, y se observa también una incidencia máxima de los 20 a los 40 años. Su formación está relacionada con una dieta demasiado rica en proteínas animales.

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