Un hombre de 24 años, asesinado de un tiro en la sien en su casa de Carabanchel

Alberto Granados Céspedes, de 24 años, casado y con dos hijos, falleció en la madrugada de ayer en su domicilio, situado en el número 8 de la calle de Salvador Alonso, en el distrito de Carabanchel, de un disparo en la sien izquierda. La Jefatura Superior de Policía no pudo confirmar ayer que la muerte del joven se debiera a un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas, circunstancia que fue apuntada por algunos vecinos de la Víctima. Una persona relacionada con la familia aseguró que el presunto autor del disparo había sido identificado, dato que tampoco fue confirmado por la pol...

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Alberto Granados Céspedes, de 24 años, casado y con dos hijos, falleció en la madrugada de ayer en su domicilio, situado en el número 8 de la calle de Salvador Alonso, en el distrito de Carabanchel, de un disparo en la sien izquierda. La Jefatura Superior de Policía no pudo confirmar ayer que la muerte del joven se debiera a un ajuste de cuentas relacionado con el tráfico de drogas, circunstancia que fue apuntada por algunos vecinos de la Víctima. Una persona relacionada con la familia aseguró que el presunto autor del disparo había sido identificado, dato que tampoco fue confirmado por la policía.La esposa del fallecido, Marisa, aseguró a la policía que había bajado, a tirar la basura y al regresar a la casa se encontró en el portal con dos hombres jóvenes que salían apresuradamente. Cuando subió a casa se encontró a su esposo tumbado en el sofá y con un tiro en la sien izquierda. Una mujer que no se identificó comunicó a la policía, a la 1.45, que un hombre había sido herido. Los policías trasladaron al joven gravemente herido al cercano hospital militar Gómez Ulla, donde ingresó cadáver.

La policía, que en un primer momento barajó la posibilidad de que se tratara de un suicidio, descartó esta hipótesis al comprobar que en el domicilio de la víctima no se encontró arma ni casquillo alguno. Marisa, una joven morena, pequeñita y muy delgada, pasó la noche en la comisaría y regresó a media mañana a su domicilio, del que salió poco después. Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía manifestó que la joven no había sido detenida, "tan sólo se la retuvo para que prestara declaración".

Precintado el domicilio

Algunos vecinos de la zona que se encontraban en la terraza tomando el fresco declararon a la policía haber visto llegar a la casa, alrededor de la una de la mañana, a dos jóvenes, a los que los inquilinos tiraron las llaves desde la ventana, por lo que se supone que conocían a los supuestos asesinos. Las dos personas citadas entraron en la vivienda y salieron poco después precipitadamente.

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Granados vivía con su esposa y sus dos hijos, uno de ellos recién nacido, en una casa de una sola planta, con sus padres y su hermano. La vivienda tiene dos puertas de acceso, que siempre están cerradas, una de entrada a la casa de los padres, y otra a la de los dos hijos de la familia, que habitan en el piso de arriba en casas separadas. Una escalera conduce hasta el domicilio de la víctima, que ayer se encontraba precintado.

Los vecinos del fallecido, algunos de los cuales aseguraron conocer a la familia desde su llegada al barrio, hace más de 20 años, manifestaron que la víctima era visitada con relativa frecuencia por jóvenes de aspecto muy extraño. Un comerciante de la zona definió a estos visitantes como "los típicos atracadores". "Las visitas eran muy rápidas. Siempre hacían lo mismo", aseguró. "Llamaban a la casa y alguien se asomaba a la ventana y les tiraba las llaves".

La zona que rodea la vía Carpetana, calle perpendicular a la de la vivienda del fallecido, es frecuentada por camellos y personas que desean comprar estupefacientes.

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