Cartas al director

Elecciones en Bolivia

Mediante la presente carta me dirijo a usted para pedirle tenga a bien publicar esta única aclaración a los varios artículos que sobre las elecciones en Bolivia registra ese matutino.En el periodo electoral varios diarios de distintos países vaticinaron que dichas elecciones no se llevarían a cabo, que reinaba la agitación y la anarquía y que sobrevendrían golpes de Estado o maniobras del mismo Gobierno para cancelar las elecciones.

Nada de esto ocurrió. A pesar de la crisis que se presenta en toda Iberoamérica, y con gran fuerza en Bolivia, éstas tuvieron lugar. No hubo ni en la etapa ...

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Mediante la presente carta me dirijo a usted para pedirle tenga a bien publicar esta única aclaración a los varios artículos que sobre las elecciones en Bolivia registra ese matutino.En el periodo electoral varios diarios de distintos países vaticinaron que dichas elecciones no se llevarían a cabo, que reinaba la agitación y la anarquía y que sobrevendrían golpes de Estado o maniobras del mismo Gobierno para cancelar las elecciones.

Nada de esto ocurrió. A pesar de la crisis que se presenta en toda Iberoamérica, y con gran fuerza en Bolivia, éstas tuvieron lugar. No hubo ni en la etapa previa, ni en su transcurso, ni en la fase posterior, guerrillas, ni presión gubernamental, ni violencia, y no se llegó a la guerra civil. Por el contrario, el proceso electoral se realizó en paz, en libertad y en forma cívica. Todas las ideologías tanto de derecha como de izquierda, así como los partidos de Gobierno y de oposición, participaron en el acto y ahora tienen muchos de estos últimos representación cameral. Los artículos de EL PAIS se detienen a referir el terrible drama económico que vive Bolivia, a proporcionar índices de nuestra difícil situación y a indicar con fruición algunos errores o deslices supuestamente cometidos.

Lo esencial del proceso fueron las elecciones llevadas a cabo en paz. Eso era lo que un periodista debió haber registrado. No se refiere, en cambio, para nada al hecho de que no hubo víctimas, que se adelantaron los comicios en un año -por realismo político pero también con desprendinto del poder-, tampoco menciona las elecciones municipales que se realizaron después de medio siglo. Tampoco alude a que el partido del Gobierno fue derrotado en las urnas.

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La indisimulada animadversión a Bolivia le impide al corresponsal reconocer que, a pesar de las dificultades, se mantuvo la democracia y se constituyeron los poderes públicos, cumpliéndose así las normas constitucionales. Todo esto era lo importante, lo sustantivo, lo que interesaba al lector de EL PAIS, y no el acento extranjero con el que habló un alto y digno senador, que vivió sus años de niñez y de juventud en el exterior.

La falta de objetividad y el deseo de poner énfasis en las tragedias de nuestra vida institucional, a la que no escapa ningún Estado, lleva al corresponsal a sostener que ésta es "la primera vez en lo que hubo del siglo en que la transmisión de poderes se efectúa en Bolivia entre presidentes elegidos en las urnas". Esto ya no es un desliz o un error, es una absoluta falsedad. Mi país pasa por una aguda crisis, pero su trabajo y sus luchas le hacen merecedor de mayor respeto, mayor respeto que también merecen los lectores españoles.

Le hago llegar mi más enérgica protesta y mi expresión de la mayor sorpresa, pues EL PAIS demostró siempre simpatía por mi Patria, y a mí, personalmente, me acogió con amistad.- Luis Adolfo Siles-Salinas. Embajador de Bolivia en España.

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