El cese de Morán en Exteriores convierte el reajuste en una crisis del Gobierno

El cese de Fernando Morán al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores convierte en auténtica crisis lo que todos los medios oficiales venían calificando hasta ayer como simple reajuste del Gobierno. Ésta era, junto con el pase de Javier Solana al puesto de portavoz, la nota más destacada de los cambios en el Ejecutivo, que esta tarde serán dados a conocer por Felipe González al Rey y que posteriormente serán comunicados a la Ejecutiva del PSOE y a la opinión pública.

El más completo hermetismo rodeaba, todavía esta madrugada, el contenido de los cambios que acompañarán al de Morán, y...

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El cese de Fernando Morán al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores convierte en auténtica crisis lo que todos los medios oficiales venían calificando hasta ayer como simple reajuste del Gobierno. Ésta era, junto con el pase de Javier Solana al puesto de portavoz, la nota más destacada de los cambios en el Ejecutivo, que esta tarde serán dados a conocer por Felipe González al Rey y que posteriormente serán comunicados a la Ejecutiva del PSOE y a la opinión pública.

El más completo hermetismo rodeaba, todavía esta madrugada, el contenido de los cambios que acompañarán al de Morán, y que presumiblemente afectarán a otros cuatro ministros. Los miembros del Gabinete celebraron su última cena conjunta en la bodeguilla de la Moncloa, donde, según dijo esta madrugada el hasta ahora portavoz, Eduardo Sotillos, el presidente ni siquiera habló de los cambios en su Gobierno, afirmando que "será el Rey el primero en conocer la lista completa". El hermetismo y la incertidumbre hasta última horaconstituían, de acuerdo con los propios medios socialistas, un indicio de que, pese a haber abierto la crisis hace 20 días, Felipe González encontró muchas dificultades para cerrarla por completo. Los indicios -no confirmados oficialmente- de que el presidente del Banco Exterior, Francisco Fernández Ordóñez, será el sustituto de Morán al frente del palacio de Santa Cruz fueron acogidos con sorpresa y alguna reticencia por algunos sectores del PSOE y el sindicato socialista UGT.En cualquier caso, la eventual designación de Fernández Ordóñez se interpreta como una nueva victoria de la influencia del ministro de Economía, Miguel Boyer, quien ayer despachó con el presidente a solas durante una hora, antes de que el resto del Gabinete se reuniese por la tarde en Consejo de Ministros. El hasta hoy ministro de Exteriores -que pareció acoger mal "los modos" de su cese- estaba considerado una figura "poco acorde" con el giro proatlantista dado por los mandatarios socialistas; de hecho, en recientes conversaciones privadas, Morán había asegurado que él no participaría en la campaña a favor de la permanencia de España en la OTAN, prevista para este otoño, en el caso de que los ministros debiesen tomar parte activa en la misma. El de la OTAN, incluyendo la organización del referéndum, es precisamente el gran tema político, diente que aguarda al nuevo del palacio de Santa Cruz.

Al margen de la probable incorporación de Fernández Ordóñez y de la asunción por Javier Solana titular de Cultura, de las funciones del portavoz del Gobierno, se consideran probables otros "tres o cuatro" cambios en el Gabinete, que afectarían, según las versiones más difundidas, a las carteras de Obras Públicas (Julián Campo), Transportes (Enrique Barón) y, tal vez, Administración Territorial (Tomás de la Quadra) o Sanidad (Ernest Lluch). Entre los nombres que podrían incorporarse al segundo Gobierno de Felipe González se citaba anoche, sin que pueda concederse total seguridad a su entrada en el Gablnete, el del diputado gallego Abel Caballero, portavoz socialista en la Comisión de Economía del Congreso, que pasaría a Transportes. También se hablaba del secretario de Estado de Comercio, Luis Velasco, como ministro de Obras Públicas.

Páginas 13 a 15

Editorial en la página 10

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