Pena mínima para el teniente que causó graves lesiones a un soldado

El teniente de la Escala de Complemento Antonio Peñín Mateos, que propinó hace un año una patada en un costado al recluta Rafael Aguilera Saenz, a consecuencia de la cual le hubo de ser extirpado el bazo, ha sido condenado por un Consejo de Guerra a seis meses y un día de prisión militar, la mínima pena que prevé el Código de Justicia Militar para los delitos de abuso de autoridad.

La sentencia supone también la suspensión de empleo durante el tiempo de la pena, una indemnización de medio millón de pesetas y el pago, en concepto de responsabilidad civil, de los gastos médicos ocasio...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El teniente de la Escala de Complemento Antonio Peñín Mateos, que propinó hace un año una patada en un costado al recluta Rafael Aguilera Saenz, a consecuencia de la cual le hubo de ser extirpado el bazo, ha sido condenado por un Consejo de Guerra a seis meses y un día de prisión militar, la mínima pena que prevé el Código de Justicia Militar para los delitos de abuso de autoridad.

La sentencia supone también la suspensión de empleo durante el tiempo de la pena, una indemnización de medio millón de pesetas y el pago, en concepto de responsabilidad civil, de los gastos médicos ocasionados por el tratamiento del soldado en el hospital militar de Valladolid.

Los hechos ocurrieron el 18 de junio de 1984 en el CIR del Ferral del Bernesga, durante la realización de unos ejercicios de tiro. Rafael Aguilera recibió una patada en el costado -cuando se encontraba tendido boca abajo en el suelo- que le propinó el teniente de caballería de la Escala de Complemento Antonio Penín Mateos. El recluta, una vez terminados los ejercicios de tiro, debió volver a pie a la compañía. Como consecuencia del golpe recibido hubo que extirparle el bazo, siendo sometido a una doble intervención quirúrgica los días 18 y 26 de junio del pasado año en un hospital de la ciudad de León. En marzo de este año debió ser operado nuevamente y no se descarta la necesidad de otra intervención.

La sentencia considera probado que el recluta, durante la realización de los ejercicios de tiro, desvió el arma sin sacar el cargador de la misma y que ante ello el teniente le "dio un golpe, aunque sin mucha fuerza, con la punta de su bota". El Consejo de Guerra estaba formado por cinco generales, un coronel y un teniente coronel, bajo la presidencia del general de división Miguel Ponsada Alfonso.

Archivado En