Reportaje:Un año con menos visitantes

Sombras en el turismo

En 1985 vendrá a España un 2% menos de personas, pero con más divisas: 8.000 millones de dólares

En España entrarán este año menos visitantes. La Administración espera una baja del 2%. Los hoteleros, sobre todo los surgidos al calor del boom de un sol barato, temen sufrir caídas del 15% o 20% en las estancias diarias. Impera un diagnóstico: el sol se ha encarecido para quienes convirtieron este país en potencia turística, ahora tocada por la sombra de los planes de austeridad y por la menor seguridad ciudadana. En lo que va de año ha venido un 3% menos de extranjeros. Pero todo parece indicar que la recesión, además de parcial, resultará pasajera. Aunque afecta a los pilares del desarroll...

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En España entrarán este año menos visitantes. La Administración espera una baja del 2%. Los hoteleros, sobre todo los surgidos al calor del boom de un sol barato, temen sufrir caídas del 15% o 20% en las estancias diarias. Impera un diagnóstico: el sol se ha encarecido para quienes convirtieron este país en potencia turística, ahora tocada por la sombra de los planes de austeridad y por la menor seguridad ciudadana. En lo que va de año ha venido un 3% menos de extranjeros. Pero todo parece indicar que la recesión, además de parcial, resultará pasajera. Aunque afecta a los pilares del desarrollismo del sector, nadie discute otro previsible aumento de ingresos por divisas, que crecerán cerca del 8% y superarán los 8.000 millones de dólares.

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, "Sólo cuando las reservas para Grecia, Yugoslavia y Túnez estaban al copo, los operadores extranjeros han elevado o confirmado este año sus envíos a España". Es un comentario de los hoteleros, quienes saben que hablar de tour operators es referirse a más de 10 millones de turistas anuales para España. La Administración, acostumbrada al fácil triunfalismo, no lo niega, ni parece preocupada por ello. "Toda la oferta de Grecia es menor que la de Benidorm; la de Yugoslavia es inferior a la de la playa de Palma; la de Túnez, sólo como Ibiza", dice el director general de Promoción del Turismo, Ignacio Vasallo.

¿Qué pasa este año en España con el turismo? Hoteleros, operadores, altos cargos de la Administración y estudiosos del sector responden con un invariable. estribillo: el Reino Unido. El Reino Unido es el país que más turistas envía a España: seis millones el pasado año, todos turistas de verdad. En este ejercicio, un 54% de los viajes organizados por británicos tuvo a España como destino, según los operadores. Hay hoteles que dependen en un ciento por ciento de este mercado. El Reino Unido cubría tres cuartas partes de la capacidad de Menorca, observa el secretario general de Turismo, Ignacio Fuejo.

La preocupación casi obsesiva por hablar del Reino Unido recibe mayores visos de importancia cuando uno se percata de que además las causas de la crisis en sus viajes hacia España coinciden, en los análisis de todos los medios consultados, con las achacadas a otros países.

Cuatro fenómenos integran el rosario de problemas que parecen haber rebajado los turistas españoles un 3% en lo que va de año y amenazan con reducirlo un 2% durante todo 1985: subidas de los precios hoteleros españoles para este año entre el 15% y el 30%, fortaleza de la peseta frente a la libra en el momento de la contratación, debilidad de las divisas de países que empiezan a competir con España y las noticias sobre la inseguridad ciudadana.

Sobre todos los diagnósticos dominan en un primerísimo puesto los aspectos relacionados con la crisis económica. Después -"lo que menos, en enésimo lugar", opinan-, la falta de seguridad.

Lo grave del problema británico consiste en que concita las dos grandes causas de crisis. Los turistas ingleses son los de menor poder adquisitivo medio dentro de los que visitan España. Al mismo tiempo, la apreciación de la peseta respecto a la libra ha sido mayor que frente a otras divisas europeas. Además, la huelga nacional de mineros duró casi dos años, durante los cuales algunos de ellos tuvieron que vender el coche o los electrodomésticos, y ahora deben reponerse. El remate de faenas fue la muerte de dos británicos en España, cuyos ecos han reforzado la imagen española de escasa seguridad, basada en el terrorismo y los conflictos y accidentes aéreos.

Con pocas variantes, este análisis lo extienden los observadores consultados a otros países que envían turistas a España. Como norma general, la diferencia en las paridades monetarias ha sido agravad a porque los planes contra la inflación han disminuido las rentas salariales también en otros Estados, como Bélgica y Francia. Y existe un estrecho paralelismo entre las rentas y los viajes, según afirma Manuel Figuerola, del Instituto de Estudios Turísticos, cuyas predicciones suelen ser utilizadas por la Administración y han demostrado tener mínimos márgenes de error. Por ello, vaticina que los británicos descenderán este año un 7%, también vendrán menos del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo), se mantendrá el número de los alemanes occidentales, podrán aumentar los italianos y hasta un 10% los nórdicos.

División de opiniones

Sin embargo, Figuerola -algo más optimista que otros medios de la Administración- apuesta por un incremento del 2% en el número de turistas, en tanto que los excursionistas -más de una docena de millones de franceses, portugueses y marroquíes que cruzan por uno o varios días la frontera española- bajarán por encima del 4%.

Es la tónica de lo ocurrido en lo que va de año, cuando los mayores descensos absolutos de entradas, según el gráfico adjunto, procedieron de Francia y Portugal y no pudieron ser compensados por Marruecos; algo de esto ocurrió ya el pasado año, en que se rozaron los 43 millones de entradas. En consecuencia, crecerá el gasto

Sombras en el turismo

medio y los ingresos por divisas. El pronóstico de¡ Instituto de Estudios Turísticos apunta al 8% en dólares sobre los 7.716 millones del pasado año -en los cuatro primeros meses va un 12%- En pesetas, subirían el 15%, superando el billón, el millón de millones.Los hoteleros, quienes unen a sus problemas el desvío de la clientela hacia plazas extrahoteleras, no discrepan de estos vaticinios. Y hablan según les va el negocio. Los de grandes ciudades no se quejan; en privado, dicen notar una época de vacas gordas, que podría mantenerse por la entrada de España en la CEE y por las crecientes promociones en Estados Unidos, Canadá y Japón, turistas marginales en número total pero que gastan y crecen más. En cambio, los propietarios de hoteles de mar y sol se presentan "preocupados porque la temporada es mala en todos los aspectos y el número de estancias quizá baje entre el 15% y el 20%".

Llenos para este verano

Manuel Gamero, autor de estas declaraciones y gerente de la organización de Zonas Turísticas (Zontur), considera propio de "una temporada extraña como ésta" el hecho de que en Canarias vayan bien las cosas y pueda llegar a una ocupación del 80% en la actual temporada baja, mientras que en la Costa Brava y Baleares "hay muchos hoteles que no han podido abrir al empezar su temporada alta". Según Zontur, los costes les han subido un 15%, y gran número de establecimientos tienen que buscar clientes. Se enfrentan a la disyuntiva de dar duros a tres pesetas o no abrir.

Los hoteleros admiten que han subido los precios pagados por el turista entre el 15% y 30% citado, aunque Gamero precisa a propósito del Reino Unido: "No nos explicamos cómo los paquetes pueden haber subido el 20% o 25%, problema agravado por la cotización de la libra. Por lo que hemos recibido nosotros, sólo se debenan haber encarecido un 4%, d¿bido a que el hotel pesa una tercera parte del paquete; el vuelo, otro tanto, y el resto se lo llevan los gastos generales del operador y la comercialización".

El secretario general de Turismo considera que los precios están en buena línea. "Los empresarios se han acercado a cifras más razonables, por una política consciente que apoyamos".

Los problemas comentados no impedirán, según el gerente de Zontur, que "desde el primero de julio hasta el primero de agosto haya una ocupación alta, quizá total, en la gran mayoría de los hoteles". Todavía queda la esperanza de los que vienen en coche, de los indecisos y del turismo interior, que supone para los hoteles un 30%. La amenaza es para la rentabilidad anual y que resistirse a las revisiones de contratos solicitadas por los operadores implica el riesgo de quedarse sin clientes el próximo año.

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