Alfonso Guerra,

miembro deljurado que concederá hoy en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de las letras, reveló ayer en esta ciudad que en su infancia tuvo cierta querencia torera: "Practicaba con un novillero sevillano que se llamaba Antonio Anido, el Maera, y llegué a realizar algunos pinitos arriesgados. Ahora, sin embargo, me gusta más el toreo de salón", señaló el vicepresidente del Gobierno. Guerra, que empleó constantes símiles taurinos en la breve conferencia de prensa que ofreció ayer en Oviedo, recogió al vuelo una frase del director de la Fundación Principado, el periodista...

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miembro deljurado que concederá hoy en Oviedo el Premio Príncipe de Asturias de las letras, reveló ayer en esta ciudad que en su infancia tuvo cierta querencia torera: "Practicaba con un novillero sevillano que se llamaba Antonio Anido, el Maera, y llegué a realizar algunos pinitos arriesgados. Ahora, sin embargo, me gusta más el toreo de salón", señaló el vicepresidente del Gobierno. Guerra, que empleó constantes símiles taurinos en la breve conferencia de prensa que ofreció ayer en Oviedo, recogió al vuelo una frase del director de la Fundación Principado, el periodista Graciano García, y se apresuró a reproducirla con cierto regocijo y con un énfasis sin duda hiperbólico. "El ingreso en la CEE es lo más grande que nos ocurre a los españoles después de la batalla de Covadonga", resumió Alfonso Guerra.

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