El embajador español protesta ante Berri por una amenaza de milicianos shiíes

El embajador de España en Deirut, Pedro Manuel de Arísteguí y Petit, se quejó el lunes ante Nabih Berri, ministro libanés de Justicia y del sur de Líbano y jefe de la milicia shií Amal, por las amenazas que fueron proferidas contra su persona a finales de mayo en un puesto de control callejero por parte de miembros de esta organización.Berri contestó a su interlocutor que la actitud provocadora de aquel elemento armado era ajena a la disposición de ánimo de su movimiento y prometió, no obstante, controlar mejor a sus hombres, al tiempo que daba plenas garantías de seguridad a Arístegui y al pe...

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El embajador de España en Deirut, Pedro Manuel de Arísteguí y Petit, se quejó el lunes ante Nabih Berri, ministro libanés de Justicia y del sur de Líbano y jefe de la milicia shií Amal, por las amenazas que fueron proferidas contra su persona a finales de mayo en un puesto de control callejero por parte de miembros de esta organización.Berri contestó a su interlocutor que la actitud provocadora de aquel elemento armado era ajena a la disposición de ánimo de su movimiento y prometió, no obstante, controlar mejor a sus hombres, al tiempo que daba plenas garantías de seguridad a Arístegui y al personal de la embajada española.

A finales del mes pasado, un militante de Arnal detuvo el automóvil del embajador cerca del aeropuerto de la capital y le advirtió que se "atuviese a las consecuencias" por la tardanza en poner en libertad a Mohamed Rahal y Mustafá Alí Jalil, dos shiíes libaneses pendientes de juicio en Madrid por haber disparado en septiembre contra Mohamed Idris, funcionario de la representación diplomática libia.

A continuación, el miliciano hizo con las manos vacías un gesto imitando la posición que se adopta al abrir fuego, al tiempo que reproducía el chasquido de una ráfaga de metralleta, antes de autorizar al chófer del coche a continuar.

Tras haber escrito inmediatamente después del incidente una carta a Berri protestando por el comportamiento de sus hombres, el diplomático español le dio a entender en el curso de la entrevista que mantuvieron ayer que debería castigar al miliciano que profirió amenazas y pidió también protección para la cancillería española, situada en un sector de la ciudad controlado por Amal.

En los días pasados, De Arístegui ha estado en Madrid para examinar las medidas que podrían ser tomadas para incrementar la seguridad de todas las dependencias del Estado español en Líbano.

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