El Gobierno congelará la 'producción' de leyes hasta las próximas elecciones

El Gobierno tiene decidido no enviar más leyes al Parlamento hasta el próximo otoño y frenar a partir de ese momento la producción de normas legislativas, situación que se mantendrá hasta las próximas elecciones legislativas. Además de esta ralentización en el envío de leyes, el nuevo período de sesiones tendrá otra característica como es la ausencia de consenso con la oposición, según afirmaron a este periódico fuentes gubernamentales.Aunque en el criterio del Grupo Popular y las minorías no ha existido de forma global un consenso sino tan sólo consultas, lo cierto es que no habrá ya m...

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El Gobierno tiene decidido no enviar más leyes al Parlamento hasta el próximo otoño y frenar a partir de ese momento la producción de normas legislativas, situación que se mantendrá hasta las próximas elecciones legislativas. Además de esta ralentización en el envío de leyes, el nuevo período de sesiones tendrá otra característica como es la ausencia de consenso con la oposición, según afirmaron a este periódico fuentes gubernamentales.Aunque en el criterio del Grupo Popular y las minorías no ha existido de forma global un consenso sino tan sólo consultas, lo cierto es que no habrá ya más leyes que se sometan a la consideración de los diferentes grupos parlamentarios en aras a un acercamiento en las posiciones.

Un portavoz del Grupo Parlamentario Socialista recordaba a este periódico las manifestaciones del presidente del Gobierno, Felipe González, en el sentido de que se estaba legislando con demasiada celeridad, a tenor de los dos centenares de leyes que este Gobierno ha remitido a las cámaras. "Tengo la impresión de que vamos demasiado deprisa", es la frase pronunciada en más de una ocasión por el jefe del Ejecutivo.

Una, vez que el próximo miércoles se produzca la sesión solemne en la que España firme el tratado de adhesión a la CEE, el Gobierno, 24 horas después, enviará a las Cortes. la ley orgánica de ratificación, que tendrá que ser avalada por el Congreso y el Senado en un proceso que no se prolongará más allá de tres semanas. A la vuelta del verano, y hasta las vacaciones de Navidad, diputados y senadores tienen la misión de aprobar la ley de Sanidad, la llamada ley de la Ciencia, los presupuestos para 1986, previsiblemente el pleno de la OTAN y, por último, abordar el debate sobre el estado de la nación.

"En el otoño sólo queda por consensuar la elección de los 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial", afirmó un portavoz gubernamental. La languidez legislativa prevista, que se prolongará hasta que el Gobierno decida disolver las cámaras y convocar elecciones, será aprovechada por la oposición para mantener un control más férreo del Gobierno a través de preguntas, interpelaciones y mociones a los ministros y al propio jefe del Ejecutivo.

Sin olvidar el sistema de control por medio de la solicitud de comparecencias de ministros y altos cargos de la Administración en comisiones del Parlamento.

Todos a China

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El período extraordinario de sesiones puede verse alargado aún más si todos los miembros de la Mesa del Senado persisten en su intención de realizar un viaje oficial a China entre los próximos días 6 y 18 de julio. La ausencia de todos ellos impide, obviamente, el desarrollo de sesiones plenarias, ante la evidencia de que no hay quien presida. Este viaje, que deja sin dirección al Senado e impide el desarrollo normal de los trabajos de la Cániara, y sobre todo el deseo del Gobierno de cerrar las cuatro leyes citadas, ha causado malestar en el Ejecutivo, por lo que no se descarta que "se invite a la reflexión" a la dirección del Senado.

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