El interrogatorio del turco Bagci refuerza la verosimilitud de la 'pista búlgara'

Una mera coincidencia sirvió ayer para que apareciese la pista búlgara en el proceso que se desarrolla en Roma sobre la presunta conspiración para asesinar a Juan Pablo II. Omar Bagci, el turco que entregó la pistola a Ali Agca en vísperas del atentado contra el Papa, cruzó Bulgaria con dirección a Turquía en una fecha en que Agca se encontraba en ese país y recibía un pasaporte falso en Kapikule, puesto fronterizo turco.

Bagci está resultando un testigo de una importancia mayor de la que se creía. Sus declaraciones al tribunal pueden arrojar importante luz sobre la conspiración interna...

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Una mera coincidencia sirvió ayer para que apareciese la pista búlgara en el proceso que se desarrolla en Roma sobre la presunta conspiración para asesinar a Juan Pablo II. Omar Bagci, el turco que entregó la pistola a Ali Agca en vísperas del atentado contra el Papa, cruzó Bulgaria con dirección a Turquía en una fecha en que Agca se encontraba en ese país y recibía un pasaporte falso en Kapikule, puesto fronterizo turco.

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Bagci está resultando un testigo de una importancia mayor de la que se creía. Sus declaraciones al tribunal pueden arrojar importante luz sobre la conspiración internacional, al menos en su variante turca. Este, en apariencia, sumiso empleado de una fábrica de vidrio en Suiza, que contaba con una extraña capacidad para conseguir permisos en su trabajo, que dirigía un hogar turco que ha resultado estar vinculado a los Lobos Grises (organización terrorista turca de extrema derecha), en Olten (Suiza), ha revelado ya los nombres de cuatro conciudadanos suyos relacionándolos con el atentado contra el Papa: Muhumut Inam y Uenal Erdal -quienes en compañía de Agca y un cuarto hombre, hasta ahora desconocido, le entregaron la pistola en Olten y desaparecieron de Suiza sin dejar rastro apenas se enteraron del atentado de Roma-, así como Erdem Eyup, secretario del hogar turco referido, y Oezdemir Vahdettin, conocidos miembros de la derecha turca.La estrategia que el fiscal Antonio Marini confiesa que está siguiendo es ya muy clara. Las acusaciones y hechos presentados por Agca sobre la pista búlgara no serán tomados en consideración por el tribunal mientras los demás procesados no aporten sus propios relatos que permitan corroborar las afirmaciones del agresor del Papa. Y Bagci está respondiendo a plena satisfacción hasta ahora para las intenciones del fiscal.

Ha quedado reconocido que Bagci entró en Bulgaria la noche del 30 al 31 de agosto de 1980 por la frontera de Yugoslavia y salió el 1 de septiembre por la de Turquía. "Iba de vacaciones a mi país y crucé los 400 kilómetros que hay de una frontera a la otra en ocho o nueve horas", dijo Bagci que sin embargo, no quiso reconocer. que según consta en su pasaporte empleó una jornada completa en el trayecto. Esa misma noche de agosto Agca recibía en el puesto fronterizo de Kapikule, en el lado turco de la línea divisoria con Bulgaria, un pasaporte a nombre de Faruk Osgun, que es el que se apropió la policía en Roma tras el atentado al Papa.

¿Una coincidencia más en esta madeja de tramas y pistas? El fiscal búlgaro Jordan Ormankov, que asiste como observador al proceso y que abrió un sumario contra Agca, entregado ya al fiscal de la República de Bulgaria, negó a este diario que Bagci y Agca pudiesen reunirse en Bulgaria. "Durante el interrogatorio a que sometí en Roma al agresor del Papa, éste me dijo que durante esos días no mantuvo encuentro algúno con ninguno de los implicados en el actual proceso (búlgaros o turcos) dentro de territorio búlgaro", afirmó Jordan Ormankov.

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Paso de frontera

Señala que, según le relató Agca, éste salió en un taxi de Sofia el 30 de agosto por la tarde hacia la frontera turca; la cruzó antes de la medianoche y permaneció dos o tres horas en territorio de Turquía, en Kapikule, donde se encontró con dos o tres amigos que le dieron el pasaporte. Luego, siempre según el mismo relator, volvió a entrar en Bulgaria después de la medianoche, es decir ya en el día 31 de agosto, cogió un autobús y cruzó el país hacia la frontera con Yugoslavia y la cruzó entre las ocho y las nueve de la mañana del 31 de agosto, es decir, únicamente podrían haberse encontrado cerca de la frontera yugoslavo-búlgara.Por otro lado, el diario La Repubblica publicó ayer una información según la cual Juan Pablo II se dirigió al Gobierno italiano para pedirle la liberación del búlgaro Serguei Antonov, procesado por indicios de colaboración en el atentado contra el Papa, pero se contestó que no podía hacerse nada, ya que el Gobierno no puede interferir la justicia.

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