Reportaje:El Real Madrid gana su séptimo título continental

¡Que te fagorices!

LUIS GÓMEZ, El 11 de mayo de 1966 se anunció la conexión en directo por TVE, a partir de las 19.25, con la final de la Copa de Europa, que jugaban el Partizán de Belgrado y el Real Madrid. Era un acontecimiento que se esperaba con ciertas reservas, sin aires triunfalistas. En Bruselas, sede de la final, había escaso interés -decían las crónicas- por la coincidencia de la visita de la reina Isabel II de Inglaterra acompañada del príncipe Felipe de Edimburgo. El Real Madrid es tuvo a punto de verse obligado a jugar de azul, "lo que podía ocasionar problemas psicológicos o psicotécnicos", dijo al...

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LUIS GÓMEZ, El 11 de mayo de 1966 se anunció la conexión en directo por TVE, a partir de las 19.25, con la final de la Copa de Europa, que jugaban el Partizán de Belgrado y el Real Madrid. Era un acontecimiento que se esperaba con ciertas reservas, sin aires triunfalistas. En Bruselas, sede de la final, había escaso interés -decían las crónicas- por la coincidencia de la visita de la reina Isabel II de Inglaterra acompañada del príncipe Felipe de Edimburgo. El Real Madrid es tuvo a punto de verse obligado a jugar de azul, "lo que podía ocasionar problemas psicológicos o psicotécnicos", dijo algún enviado especial. Al Real Madrid el sorteo tampoco le fue favorable porque le correspondió el peor de los vestua rios del estadio. Todo eran malas noticias, al parecer.

El día 11, miércoles, a Madrid le había salido un socavón más, de regular tamaño, entre las calles de María de Molina y de Claudio Coello. El Generalísimo recibía en el Pardo. Otras autoridades agasajaban a Harold Brown, secretario de las Fuerzas Armadas estado unidenses, quien negaba los rumores sobre un posible traslado a Es paña del material de la OTAN al macenado en Francia.

Mientras el Real Madrid jugaba en Bruselas, la diplomacia españo la jugaba la difícil papeleta de la liberación del consejero eclesiástico de la Embajada de España ante la Santa Sede, Ussía, secuestrado en Roma por el grupo anarquista 1 de mayo. A cambio de su puesta en libertad, se solicitaba una declara ción del papa Pablo VI urgiendo al Gobierno español la liberación de los presos políticos. Había presos políticos, sí, pero a nadie se perseguía por sus ideas, matizaba cierta prensa. La población reclusa era, el día 11, de 11.358 personas, a las que se habían añadido 62, entre ellas una mujer, como consecuencia de los incidentes del Primero de Mayo: uno de los detenidos lo fue por ultraje a la nación; 19, por asociación ilícita; 24, por rebelión; otro, por sedición; y 17, por propaganda ilegal. Se iniciaba la industrialización de Teruel y la construcción de un polígono en las inmediaciones de Zamora.

Abc ironizaba con el contrato entre el Gobierno soviético y la FIAT italiana para la construcción de 700.000 automóviles en cuatro años. La paz mundial no parecía seriamente amenazada a pesar de que, China había hecho explotar su tercera bomba de hidrógeno y de que soldados estadounidenses habían perdido los nervios en Saigón y ocasionado la muerte de algunas mujeres y niños. No había sido identificado aún un ciclista que falleció, en el kilómetro 13 de la carretera Madrid-Zaragoza, atropellado por un sargento norteamericano. Las naranjas estaban en peligro por un acuerdo de la Comunidad Económica Europea. Malas noticias.

El 11 de mayo podía verse Viva Zapata como película de gran éxito. Si no, el partido Real Madrid-Partizán, a las siete y media de la tarde. No había triunfalismo, aunque Paco Gento, el extremo izquierdo, al comprobar el buen estado del terreno de juego, manifestase: "Aquí el que no pase bien la pelota es que no sabe". Entre el primer tiempo y el segundo, un anuncio de verdadero éxito: "¿Qué dices?". "¡Que te fagorices!".

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