Cartas al director

La sentencia del aborto

¡Muy bien por el editorial del 12 de abril dedicado a la sentencia sobre ell aborto!No obstante, me gustaría añadir que el proyecto de ley desautorizado por el Tribunal Constitucional estaba muy lejos de constituir un avance. En realidad, no era más que luna mi stificación del asunto, un intento interruptus (en la mejor tradlición hispánica y vaticanista) de hacernos ver blanco donde sigue siendo negro. Aun así, y con todo, fue demasiado para la reacción, y ya vemos cuáles han sido los resultados: una sentencia judicial que se pierde en arbitrismos administrativos; en defi...

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¡Muy bien por el editorial del 12 de abril dedicado a la sentencia sobre ell aborto!No obstante, me gustaría añadir que el proyecto de ley desautorizado por el Tribunal Constitucional estaba muy lejos de constituir un avance. En realidad, no era más que luna mi stificación del asunto, un intento interruptus (en la mejor tradlición hispánica y vaticanista) de hacernos ver blanco donde sigue siendo negro. Aun así, y con todo, fue demasiado para la reacción, y ya vemos cuáles han sido los resultados: una sentencia judicial que se pierde en arbitrismos administrativos; en definitiva, que escamotea una legítima aspiración ciudadana, refrendada en las urnas y no recogida por el miedroso proyecto del Gobierno.

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Así, los polos del debate parecen situarse entre diferentes variedades del conservadurismo de siempre. ¿Qué, pueden hacer los amantes del progreso y las libertades civiles ante esto? Decididamente, salirse de este círculo prentendidamente "virtuoso" y hacer uso de sus derechos desde la sociedad, como en los viejos tiempos.

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En consecuencia, una iniciativa que propongo es la creación de una fundación que asesore a todas aquellas mujeres que lo deseen y financie los viajes a Londres que procedan. De esta forma, las españolas que no pertenecen a la burguesía farisaica, que condena el aborto de las pobres y paga el suyo propio, podrán disfrutar de las mismas condiciones de seguridad e higiene. Saldremos ganando todos, modestas y pudientes; las modestas, por razones prácticas y de igualdad; las pudientes, por haber generalizndo aún más la hipocresía sobre la que se asienta su poder. ¡Qué importa! L'onore è salvo!-

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