Tribuna:

Ohio y los mercados de cambio

El autor entra en la polémica sobre la estabilidad y fortaleza de la moneda norteamericana en el presente y en el futuro. El último detonante que ha Sacudido violentamente los mercados de cambio mundiales ha sido el pánico de algunos miles de depositantes de varias cajas de ahorro de la octava ciudad norteamericana, Cincinnatti.

Recientemente, los mercados de cambio se han visto sacudidos por la caída del dólar. En dos días, el dólar cayó un 4%. en relación con el marco alemán y un 9%. con la libra esterlina. En 12 horas, el oro pasaba de 307 dólares la onza a 339 dólares en los mercado...

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El autor entra en la polémica sobre la estabilidad y fortaleza de la moneda norteamericana en el presente y en el futuro. El último detonante que ha Sacudido violentamente los mercados de cambio mundiales ha sido el pánico de algunos miles de depositantes de varias cajas de ahorro de la octava ciudad norteamericana, Cincinnatti.

Recientemente, los mercados de cambio se han visto sacudidos por la caída del dólar. En dos días, el dólar cayó un 4%. en relación con el marco alemán y un 9%. con la libra esterlina. En 12 horas, el oro pasaba de 307 dólares la onza a 339 dólares en los mercados de Londres y Zúrich. El fixing del Banco de España pasaba de 191,60 a 172,10 pesetas por dólar. Para entenderlo, ello querría decir que la deuda exterior española, denominada en dólares, se habría reducido por arte de magia en 340.000 millones de pesetas, que es la moneda de la que debemos disponer para poder comprar los dólares para pagar.Pues bien, aunque parezca mentira, es evidente que el detonante que ha sacudido violentamente los mercados de cambio mundiales ha sido el pánico de algunos miles de depositantes de unas pequeñas Savings & Loans, especie de cajas de ahorro, de la vigésima octava ciudad norteamericana, Cincinnati.

Puede ser que los sucesos del Estado de Ohio, donde el gobernador Celeste cerró temporalmente 71 cajas de ahorro locales para evitar el caos financiero de su Estado, hayan sido sólo una parte dentro de un conjunto de factores que influenciaron la violenta reacción de los mercados. De hecho, es cierto que en el primer trimestre de 1985 el producto bruto de Estados Unidos había crecido la mitad de lo que se esperaba (2,1%, en lugar del 4%); es cierto que el ritmo inflacionario se había duplicado, sobre el del último trimestre de 1984 (5,4% contra 2,8%); es cierto que Estados Unidos ya se había convertido en un país deudor neto ante el exterior; es cierto también que muchos economistas consideraban que el dólar estaba sobrevalorado; es cierto que se había producido el recrudecimiento de la guerra entre Irak e Irán, pero la verdad es que, cronológicamente, en los mercados monetarios mundiales, el detonante de las violentas caídas de las cotizaciones del dólar y de la fuerte subida del precio del oro fue la noticia de la crisis financiera de Ohio.

El oscuro pánico

El pánico de los depositantes de unas pequeñas y oscuras instituciones de crédito de una poco conocida ciudad de Estados Unidos, que produjo la ansiedad de los cambistas de los grandes centros financieros mundiales, ha pasado rápidamente, pero ahí queda una serie de hechos que nos llevan a hacer algunas reflexiones.

La primera, ciertamente, que nunca nos cansaremos de recordar la inmediata y estrecha interdependencia entre todas las plazas financieras del mundo debido a los adelantos tecnológicos de los modernos medios de comunicación.

En las salas de cambios de los bancos se recuerda todavía la ansiedad provocada por el volcán de noticias con ocasión de las crisis de Herstatt, del Ambrosiano, del Continental Illinois, etcétera. Los mercados de cambio son hipersensibles.

Otra clara lección es que la supervivencia de las instituciones financieras de todo el mundo se basa esencialmente en la confianza. Que lo digan si no los clientes de las Savings & Loans de Cincinnati y su pánico, difícil de controlar sólo con buenas razones. Aunque la salud de la institución financiera sea buena y los activos cubran cómodamente los depósitos, no hay entidad que consiga, de inmediato, la liquidez necesaria para hacer frente a una retirada masiva e histérica de depósitos. Y, axiomáticamente, cuando quiebra una institución de crédito, poco o mucho, disminuye la confianza en todas las demás.

También se puede sacar la conclusión de que el sistema bancario norteamericano puede tener diversos puntos débiles que pueden repercutir de forrna temible en los mercados monetarios mundiales. Quizá la supervisión de las entidades financieras de Estados Unidos no sea todo lo eficiente que sería de desear, aunque hay que reconocer que en la crisis de Ohio, como en otros casos precedentes, las actuaciones correctivas a posteriori de la autoridad monetaria norteamericana han sido rápidas y pragmáticas.

Información a los centrosOtra lección importante es que una buena gestión debe disponer de abundante y fiable información, y que la misma llegue rápidamente a los centros reales de decisión para que éstos puedan reaccionar adecuadamente. La gestión del riesgo, sea éste de la índole que sea, exige cadadía más prudente profesionalidad y elevada preparación técnica por parte de sus analistas y gerentes.

La crisis de las cajas de Ohio, estrechamente vinculada a la quiebra de un interm.ediario financiero de Fort Lauderdale, en Florida, podría, además, delatarnos ciertas debilidades creadas por la liberación financiera norteamericana (deregulation). Por un lado, la busca desesperada de unos beneficios atípicos y marginales, como los derivados de unos reducidos márgenes en la compra y venta de títulos, públicos, a muy breve plazo, con compromiso derecompra y reventa (repos y reverse repos). Por otro lado, y como consecuencia quizá de esa sofisticación, podríamos constatar el surgimiento de la irresponsabilidad y el fraude empresarial como estrategias premeditadas en la forma de actuar de alguna entidad financiera, como ocurrió en el caso de ESM Government Securities, de Fort Lauderdale.

También aquí, un oscuro intermediario, en un centro atípico y lejano, interviniendo en operaciones de enorme volumen, puede provocar el caos a muchos miles de kilómetros de distancia. Se les acusa de contabilizar en sus libros operaciones con títulos públicos que ha quedado demostrado vendían simultáneamente a más de un comprador. Y no era éste el primer caso. Ahí está el caso de Drysdale, en el que se vio envuelto algún gran banco de Nueva York. Lo ocurrido nos lleva a pensar que es necesario valorar y profundizar bien en la utilización de nuevos instrumentos financieros imaginativos que se van creando en la arriesgada y a veces desesperada busca de rentabilidades complementarias.Vinculada al episodio de la quiebra de ESM Government Securities hay otra reflexión que hacer. Los hechos han venido a alertarnos de que, desgraciadamente, al gunas auditorías externas se pueden prestar a algo más grave que las hasta ahora denominadas "negligencias profesionales". La fiabilidad de ESM estaba respaldada ante el sistema por unos informes favorables de Alexander Grant & Co., empresa auditora que ocupa el undécimo puesto entre las de Estados Unidos y a cuyo socio responsable en Fort Lauderdale, José Gómez, inspectores federales acusan de emitir informes falsos sobre la buena salud de ESM. Para ello había recibido -se dice- unos 23 millones de pesetas de los directivos de la citada ESM.

¿Está seguro el dinero?

Otro aspecto de la isis que nos hace reflexionar es sobre la necesidad de poder contestar al depositante a la pregunta ¿está seguro mi dinero? En Estados Unidos, la respuesta es positiva para la mayoría de los casos, que están asegurados hasta 100.000 dólares por la FDIC o la FSLIC. Pero en algunos casos, como en las cajas de Ohio, el seguro lo cubría una entidad privada, la Ohio Deposit Guarantee Fund, cuyos recursos mal darían para cubrir el agujero de una única caja, la Home State Saving Bank, que entró en liquidación. En una economía de mercado, el ciudadano tiene que saber los riesgos que corre cuando deposita su dinero aquí o allí, y que si persigue unos tipos de interés más altos debe saber a qué atenerse en cuanto a la seguridad de su imposición.

Para la operación de rescate de las Saving & Loans se desplazó a Washington el gobernador Richard Celeste en busca de la ayuda de la Federal Reserve y de la Federal Savings and Loan Insurance Corporation, de las que finalmente obtendría el necesario apoyo. Pero antes de ello presionó fuertemente a los bancos privados de Ohio para que se hicieran cargo de la situación en una maratoniana reunión de cinco horas, en la que 40 altos directivos de los bancos se defendieron haciendo ver sus fundadas reticencias técnicas con respecto a la viabilidad del esquema propuesto. Lo que nos hace reflexionar sobre la existencia de este tipo de presiones oficiales también en países que, como Estados Unidos, no tienen nada que ver con una economía centralizada.

Pero, volviendo al comienzo de estos comentarios, el punto relevante de toda esta rocambolesca historia es que el dólar se tambaleó porque se había producido el pánico en una oscura caja de Cincinnati que operaba en transacciones arriesgadas con una no menos dudosa intermediaria de Fort Lauderdale.

Otros casos semejantes podrían suceder, aunque muchos piensen -y estamos entre ellos- que ésta no es una razón para temer un derrumbamiento violento de la cotización del dólar. Pero quizá este episodio ha servido como un revulsivo que ha hecho pensar a los cambistas y a los especuladores que la cotización de la moneda norteamericana ha podido llegar, de momento, a un techo. Por otro lado, el Tesoro norteamericano -como su propio secretario, James A. Baker, declaró- debería plantearse la conveniencia de analizar a fondo si no existe un camino mejor para, en coordinación con otros países, intentar obtener una estabilidad más saludable que la actual en los mercados de divisas internacionales.

es consejero ejecutivo del área internacional del Banco Popular Español. Es actuario de seguros y economista.

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