Cartas al director

Incuestionablemente, Alá

es grande... y EL PAIS es su profeta.Y vamos al grano. El editorial del día 30 del pasado marzo, arremetiendo una vez más contra el ministro del Interior, colma el vaso de la paciencia. Al menos, de la mía.

Es increíble que un diario al que no se le caen de la boca las palabras arrogancia y soberbia al referirse al Gobierno, alcance tales cotas en lo mismo que critica. Una cura de humildad y una honrada autocrítica, como en su día recomendó a la Prensa en general, con la dignidad que le caracteriza, Luis Apostua, sería muy de desear para que los lectores volviéramos a entr...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

es grande... y EL PAIS es su profeta.Y vamos al grano. El editorial del día 30 del pasado marzo, arremetiendo una vez más contra el ministro del Interior, colma el vaso de la paciencia. Al menos, de la mía.

Es increíble que un diario al que no se le caen de la boca las palabras arrogancia y soberbia al referirse al Gobierno, alcance tales cotas en lo mismo que critica. Una cura de humildad y una honrada autocrítica, como en su día recomendó a la Prensa en general, con la dignidad que le caracteriza, Luis Apostua, sería muy de desear para que los lectores volviéramos a entregar nuestra confianza en sus opiniones. Aunque, ciertamente, nos lo están poniendo difícil.

Este intento de humildad les salió fallido en el editorial del 28 de enero pasado, bajo el título de Fe de erratas. El subconsciente les traicionó con el consejo que, al cierre del mismo, se permiten dar sin que nadie se lo pida: "Este periódico considera que este conjunto de hechos exige una información a las Cortes Generales...". ¿Se arrogan también el papel de partido de la oposición? Verdaderamente insufrible.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Y esto lo dice un suscriptor que viene luchando por seguir fiel a una línea editorial que día a día defrauda más y que seguirá suscrito -a falta de cosa menos mala, que no peor-, prescindiendo de una línea de opinión que, a mi entender, ha perdido toda objetividad.-

Aldehuela de la Bóveda (Salamanca).

Archivado En