Gabriel Jackson propone que España se inserte entre los países neutrales

El historiador e hispanista norteamericano Gabriel Jackson propone para España una alternativa de neutralidad política "en colaboración con otros países democráticos europeos". Jackson intervino ayer en Valencia en una mesa redonda, dentro de unas Jornadas sobre OTAN, Paz y Neutralidad organizadas por varios colectivos pacifistas. Según sus tesis, España debería alinearse para ello con países neutrales como Suecia, Suiza, Austria, Finlandia y Yugoslavia.

Para el historiador, esta alternativa neutral es "mucho mejor que la actual de integrarse paulatina pero definitivamente en la OT...

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El historiador e hispanista norteamericano Gabriel Jackson propone para España una alternativa de neutralidad política "en colaboración con otros países democráticos europeos". Jackson intervino ayer en Valencia en una mesa redonda, dentro de unas Jornadas sobre OTAN, Paz y Neutralidad organizadas por varios colectivos pacifistas. Según sus tesis, España debería alinearse para ello con países neutrales como Suecia, Suiza, Austria, Finlandia y Yugoslavia.

Para el historiador, esta alternativa neutral es "mucho mejor que la actual de integrarse paulatina pero definitivamente en la OTAN". Supondría, además, la posibilidad de "crear un espacio psicológico entre los bloques". Jackson explicó que, desde su punto de vista, ésta sería "la mejor política para como país de tamaño y poder medio en un mundo bastante anárquico".

"España", señaló, "no tiene la eficacia ni el poder industrial de Suecia ni la enorme e ilegítima riqueza de Suiza. Tampoco es un país prisionero de un solo poder -al, menos no en el mismo grado- como Finlandia. Y en cuanto a Yugoslavia, no tiene ni tradiciones ni instituciones de una democracia política, pero sí hay en ella un grado de independencia en relación con la Unión Soviética y Occidente, unido a un grado de descentralización y cogestión que la convierten en el país más democrático del área socialista".

Un nuevo espacio

Se trataría, con esta posibilidad, de "crear un espacio entre la OTAN y el Pacto de Varsovia que ayudaría a la distensión en la zona y a la política de desarme". Esta posible política habría de buscar también alianzas en otros países, como Argentina, que están por la neutralidad. Jackson citó como obstáculos para esta política de neutralidad democrática la fabricación de armas como negocio mundial ya que la URSS y Checoslovaquia participan en el mismo grado que Estados Unidos o los países europeos en este negocio sucio".

"La fabricación de armamento", dijo, "es utilizada cada vez más como motor de la recuperación econórnica". Sin embargo, a partir de una política de neutralidad en colaboración con los países citados, "España podría negociar el cierre de las bases de Estados Unidos y las cuestiones de Ceuta, Melilla y Gibraltar con garantías de la desnuclearización de estos territorios".

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Jackson dijo también, no obstante, que ve un peligro en una política de neutralidad: "El aislamiento psicológico y la involución sociológica". Podría ser "un aliciente para las tradiciones franquistas a partir del orgullo aislacionista".

El historiador estadounidense precisó que "seguir o no en la OTAN es importante, pero menos que el desarme y la conversión de la economía", debido a que "el desarme nuclear, químico y biológico es una necesidad para realizar otro tipo de política". Junto a ello también hace falta "la mentalización sobre el peligro de una guerra nuclear; es la tarea primordial del movimiento pacifista".

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