Justo Rodríguez Aguilar,

un abuelo de 58 años de edad, fue ordenado el pasado martes sacerdote en Las Palmas por el obispo de la diócesis de Canarias, Ramón Echarren. El nuevo sacerdote, viudo desde hace seis años, tiene tres hijos y cinco nietos. "Siempre he tenido inquietudes relígiosas", dijo Justo Rodríguez pocos minutos antes de ordenarse, "tanto mi mujer como yo hemos trabajado bastante en la Iglesia por la gente pobre y humilde. Cuando murió mi mujer, tenía que llenar mi existencia con algo, y esto es lo que he hecho"....

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un abuelo de 58 años de edad, fue ordenado el pasado martes sacerdote en Las Palmas por el obispo de la diócesis de Canarias, Ramón Echarren. El nuevo sacerdote, viudo desde hace seis años, tiene tres hijos y cinco nietos. "Siempre he tenido inquietudes relígiosas", dijo Justo Rodríguez pocos minutos antes de ordenarse, "tanto mi mujer como yo hemos trabajado bastante en la Iglesia por la gente pobre y humilde. Cuando murió mi mujer, tenía que llenar mi existencia con algo, y esto es lo que he hecho".

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