COMUNIDAD VALENCIANA

Una gran tromba de agua provoca el cierre al tráfico de la carretera de Almería a Valencia

La carretera nacional 332 (Almería-Valencia) permanecía ayer tardé cortada al tráfico a la altura de Torrevieja, como consecuencia de la tromba de agua caída entre las cuatro de la tarde del jueves y las cinco de la madrugada del viernes, registrándose 220 litros de agua por metro cuadrado. Las pérdidas, todavía sin evaluar, han sido cuantiosas en la misma ciudad de Torrevieja, donde se inundaron sótanos, bajos comerciales y garajes, hasta una altura, en algunos casos, de dos metros.

Como consecuencia de la tormenta, en la carretera nacional 332, a la altura de la entrada de la play...

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La carretera nacional 332 (Almería-Valencia) permanecía ayer tardé cortada al tráfico a la altura de Torrevieja, como consecuencia de la tromba de agua caída entre las cuatro de la tarde del jueves y las cinco de la madrugada del viernes, registrándose 220 litros de agua por metro cuadrado. Las pérdidas, todavía sin evaluar, han sido cuantiosas en la misma ciudad de Torrevieja, donde se inundaron sótanos, bajos comerciales y garajes, hasta una altura, en algunos casos, de dos metros.

Como consecuencia de la tormenta, en la carretera nacional 332, a la altura de la entrada de la playa de La Mata, se formó una espectacular laguna que obligó a cortar la carretera a las tres de la madrugada del viernes, en los puntos kilométricos 37,700 y 41,900, desviando el tráfico por carreteras comarcales. Fuentes de la Guardia Civil de Tráfico consideraban que a mediodía de hoy se podría volver a reanudar el tráfico por la nacional.La tormenta, considerada por los torrevejenses como una de las mayores que ha azotado a la comarca, también causó daños importantes en las playas, destrozando los muros de contención de Calas Blancas, Los Locos y La Mata. Por otra parte, los técnicos de las Salinas de Torrevieja consideran que se ha perdido la producción de sal de la última campaña, que estaba todavía sin recoger. Además, las salinas han quedado anegadas de agua dulce y barro, por lo que será necesario desecarlas, y es previsible que la extracción de sal no vuelva a normalizarse hasta comienzos del verano.

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