Cartas al director

El fracaso escolar

Desde luego, algo no funciona en la enseñanza sí una tercera parte del alumnado no llega al cinco y un puñado de alumnos se suicida (también se suicida un puñado de soldados y, ahora, de opositores); lo que me parece intolerable es que se intente descargar toda la responsabilidad (o parte) sobre el sujeto paciente: el alumnado. No viene al caso hablar ahora de participación, pero si son pocos los suicidios, son muchas las frustraciones, y su escasez no es una razón suficiente, como tampoco lo es achacar el fracaso escolar a "problemas generales de nuestro tiempo".Apelar a metafisicas es faciló...

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Desde luego, algo no funciona en la enseñanza sí una tercera parte del alumnado no llega al cinco y un puñado de alumnos se suicida (también se suicida un puñado de soldados y, ahora, de opositores); lo que me parece intolerable es que se intente descargar toda la responsabilidad (o parte) sobre el sujeto paciente: el alumnado. No viene al caso hablar ahora de participación, pero si son pocos los suicidios, son muchas las frustraciones, y su escasez no es una razón suficiente, como tampoco lo es achacar el fracaso escolar a "problemas generales de nuestro tiempo".Apelar a metafisicas es facilón cuando la enseñanza se puede concretar en circunstancias bien materiales y específicas (alumno, clase, texto, profesor, examen, nota, por ejemplo), y apelar a lo bajo de los salarios y las buenas voluntades es ridídulo.

Llevo ya 12 años de alumno y puedo afirmar que el sujeto directamente responsable del tipo de educación que recibimos es el profesor; el fracaso del profesor es, ante todo, un fracaso escolar, es el fracaso escolar. No hay educación: sólo integración; bajarse del tren en marcha es una consecuencia lógica de estar fuera, detrás, al margen, por debajo del cinco, y es esa lógica lo que aterra. Y el cinco es el profesor quien lo fija. Vivir es díficil, pero los obstáculos puestos son bien objetivables y es obvio quien los pone.- Miguel A. Ortega.

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