Los comunistas pierden la alcaldía de Turín

Turín, apellidado la ciudad de la Fiat o también la capital nórdica del Sur por la ingente cantidad de emigrados que cobija, ha perdido, después de 10 años consecutivos, a su legendario alcalde comunista, Diego Novelli, que, más que el primer ciudadano, era toda una institución.

El gobierno de la ciudad, que estaba en manos de los comunistas con el apoyo externo de socialistas y socialdemócratas, tuvo que dimitir ayer tras haberle retirado estos dos partidos de la izquierda su apoyo político. Por primera vez en tantos años el Partido Comunista de Italia (PCI) pasa, pues, a la oposic...

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Turín, apellidado la ciudad de la Fiat o también la capital nórdica del Sur por la ingente cantidad de emigrados que cobija, ha perdido, después de 10 años consecutivos, a su legendario alcalde comunista, Diego Novelli, que, más que el primer ciudadano, era toda una institución.

El gobierno de la ciudad, que estaba en manos de los comunistas con el apoyo externo de socialistas y socialdemócratas, tuvo que dimitir ayer tras haberle retirado estos dos partidos de la izquierda su apoyo político. Por primera vez en tantos años el Partido Comunista de Italia (PCI) pasa, pues, a la oposición en esta emblemática ciudad del automóvil.El momento es tanto más grave tras los escándalos que habían zarandeado en los últimos meses a la administración local, provincial y regional, que llevaron a la cárcel a destacados socialistas, democristianos y hasta a un comunista.

En la cárcel acabó también el primer teniente de alcalde Enzo Biffi Gentile, que ya desde 1982 era el candidato del partido-socialista para sustituir al comunista Novelli. Y precisamente a Novelli se le acusa de haber sido quien reveló a la magistratura todo aquel escándalo administrativo que creó un verdadero terremoto en la ciudad de Agnelli tras las revelaciones del corruptor Zampilli.

La semana pasada, el PCI tuvo también que sufrir la pérdida de dos concejalas, que han dejado el partido y sus cargos como protesta por la "falta de democracia interna del partido de Turín".

En realidad, la lucha política entre comunistas y socialistas empezó hace ya bastante tiempo en el gobierno de las grandes ciudades. Los socialistas acusan a los comunistas de tener aún una idea demasiado tradicional y conservadora de cómo gobernar una villa tras las grandes transformaciones sociales que han agitado a este país. Se les acusa de ser aún demasiado obreristas, mientras los comunistas acusan a los socialistas de ser excesivamente técnicos y negociantes.

Así, los comunistas perdieron el gobierno de Nápoles y de Florencia y ahora hay una dura lucha para arrancarles también Roma.

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Y todo esto es más importante si se piensa que el 12 de mayo tendrán lugar las elecciones administrativas generales, que el mismo presidente de la República, Sandro Pertini, ha calificado de "importantísimas". Y lo son por tres motivos: porque se celebran en la víspera de la reelección del jefe del Estado; porque se teme que los comunistas puedan surgir otra vez, como en las últimas elecciones europeas, como el primer partido del país, y porque serán una prueba para la primera presidencia del Gobierno socialista italiano.

En Turín, ahora, los socialistas aprietan para conseguir ellos el alcalde. Se desearía obtener un pentapartido que refleje el Gobierno nacional o por lo menos un Gobierno laico, que podría ser apoyado externamente por la Democracia Cristiana.

Lo que sí queda claro es que hasta las próximas elecciones el partido comunista se quedará en la oposición en la ciudad que ha sido considerada piloto en este país y más allá, por la integridad que había demostrado en los 10 años de gobierno el grupo comunista y el alcalde Novelli, apellidado el Monje por su seriedad y austeridad.

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