Grecia y Albania abren al tránsito su frontera común, cerrada tras la II Guerra Mundial

Albania y Grecia abrieron ayer al tránsito en Kakavia su frontera común, por primera vez desde el fin de la última guerra mundial.

Tirana y Atenas habían restablecido ya sus relaciones diplomáticas a principios de los años setenta, durante la dictadura militar griega. Pero aquel frío reconocimiento diplomático no zanjó la cuestión de si Albania y Grecia habían superado, o no, un estado de guerra vigente desde que el dictador italiano Benito Mussolini utilizara el trampolín albanés para lanzarse sobre Grecia durante la II Guerra Mundial.

Las dudas se disiparon cuando hace unas...

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Albania y Grecia abrieron ayer al tránsito en Kakavia su frontera común, por primera vez desde el fin de la última guerra mundial.

Tirana y Atenas habían restablecido ya sus relaciones diplomáticas a principios de los años setenta, durante la dictadura militar griega. Pero aquel frío reconocimiento diplomático no zanjó la cuestión de si Albania y Grecia habían superado, o no, un estado de guerra vigente desde que el dictador italiano Benito Mussolini utilizara el trampolín albanés para lanzarse sobre Grecia durante la II Guerra Mundial.

Las dudas se disiparon cuando hace unas semanas Carolos Papulias, ministro adjunto griego de Exteriores, fue recibido en Tirana con grandes honores y, de la noche a la mañana, la guerra quedó sobreseída. A cambio, Grecia obtuvo facilidades para viajes e intercambios familiares para sus minorías del sur de Albania, 50.000 personas, según cifras oficiales albanesas, y 300.000, según los sectores de la Iglesia ortodoxa.

Además, Grecia pasa a ser, con Italia, el país mejor emplazado de Occidente de cara a los acontecimientos que puedan ocurrir en Albania cuando el líder Enver Hoxha falte. Fuentes políticas de Atenas aseguran que Carolos Papulias ha transmitido a la OTAN un análisis con sus impresiones sobre el futuro del neutralismo estalinista albanés.

Albania es el único país que abandonó el Pacto de Varsovia, en 1968, tras su ruptura con la URSS en 1961. Siguió un largo idilio con China, truncado en 1977. Siempre cortejados por la Unión Soviética, los dirigentes albaneses prometen que nunca restablecerán relaciones con Washington ni con Moscú. Sí tienen interés en establecerlas con España, sin que Madrid lo corresponda, al contrario que Londres y Bonn, muy deseosos de entablarlas.

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