Francisco Umbral, 'crítico de arte'

Acabo de leer en EL PAÍS del pasado día 5 el comentario escrito por Francisco Umbral sobre lo académico, a propósito de una importante exposición celebrada en la galería Alfama, de Madrid, con obras de respetables nombres de la pintura española actual. (Por cierto, me extraña que le hayan publicado esto 15 días después de clausurada dicha exposición, que estuvo un mes abierta). Ahora expone allí Vega Ossorio desde hace dos semanas.Pero vamos con la croniquita de Francisco Umbral, con su opinión, que ésa sí tiene actualidad.) Veo y me admiro que este señor se atreve a pontificar también ...

Acabo de leer en EL PAÍS del pasado día 5 el comentario escrito por Francisco Umbral sobre lo académico, a propósito de una importante exposición celebrada en la galería Alfama, de Madrid, con obras de respetables nombres de la pintura española actual. (Por cierto, me extraña que le hayan publicado esto 15 días después de clausurada dicha exposición, que estuvo un mes abierta). Ahora expone allí Vega Ossorio desde hace dos semanas.Pero vamos con la croniquita de Francisco Umbral, con su opinión, que ésa sí tiene actualidad.) Veo y me admiro que este señor se atreve a pontificar también sobre arte. Pero ¡qué osada y qué valiente es la ignorancia.? Decía Goethe, precisamente hablando sobre arte: "Nada hay más espantoso que una ignorancia activa".

Causa espanto ver clamar a Francisco Umbral contra los académicos pintores. Aunque aprecio que también se mete a placer con los de la lengua, salvo algunos amiguetes. Pero, en fin, dejémosle tranquilo con sus juicios literarios, ya que si es escritor, algo deberá saber de literatura. Pero que compare despectivamente la pintura de Francisco Lozano con la de Benjamín Palencia, tan diferentes en la forma y sobre todo en el fondo, sin saber captar la trascendencia de los paisajes de Lozano, eso no se lo podemos dejar pasar. Ni que para hablar mal de Juan Antonio Morales o Enrique Segura, por ejemplo, los compare con Velázquez...

¿Qué diría él si, incongruentemente, nos atreviésemos a compararle con Cervantes? Pues sí, seguramente contestaría: "Pero yo no soy académico". íAy, ay, ay! Pienso yo ahora: ¿No será ahí donde le duele? Pero, hijo, si de verdad aspira a la Academia, que empiece por estudiar y aprender -y no vilipendiar más- la sintaxis... -

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