Cartas al director

Votaron a Tierno, no a Leguina

Mucho me temo que mi carta no encaje en la línea de las que ven la luz en su periódico: no vivo en una ciudad extranjera de nombre rimbombante, no poseo argumentos irrefutables para probar que lo que se habla en Valencia es catalán o valenciano, y por si fuera poco, no formo parte de ningún colectivo que se considere injustamente postergado por la repartición de pensiones estatales. No obstante, como simple contribuyente de este curioso invento llamado Comunidad de Madrid, y puesto que nuestro inefable presidente, además de endosamos el 3% para demostrar lo importante que es su cargo, utiliza ...

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Mucho me temo que mi carta no encaje en la línea de las que ven la luz en su periódico: no vivo en una ciudad extranjera de nombre rimbombante, no poseo argumentos irrefutables para probar que lo que se habla en Valencia es catalán o valenciano, y por si fuera poco, no formo parte de ningún colectivo que se considere injustamente postergado por la repartición de pensiones estatales. No obstante, como simple contribuyente de este curioso invento llamado Comunidad de Madrid, y puesto que nuestro inefable presidente, además de endosamos el 3% para demostrar lo importante que es su cargo, utiliza todos los medios de comunicación, oficiales o no, para dedicarnos un calificativo nuevo cada día a los discrepantes (creo de mal gusto repetirlos aquí), me encantaría poderle hacer algunas matizaciones a través de EL PAÍS, dado que, aparentemente, el señor Leguina no se lee o no le pasan los recortes.Soy votante del PSOE, en todas las elecciones habidas desde 1977, y un firme convencido de la necesidad de unos impuestos progresivos para que pague más quien más tenga. Sucede, sin embargo, que el mero examen de lo que pagan a Hacienda como término medio los empresarios (500.000 pesetas/año de declaración) o las profesiones liberales (800.0.00), pone de manifiesto el carácter grotesco de las pretensiones de progresividad de este impuesto. Somos, una vez más, los asalariados los eternos paganos, con el agravante de vemos elevados a niveles de elite entre los contribuyentes al fisco, sin que, desgraciadamente, ello se corresponda con nuestra realidad financiera, y la absoluta ineficacia socialista para acabar con el fraude vuelve a recaer sobre las nóminas. Si a ello se añade lo que se van a ahorrar los propietarios de grandes inmuebles con la presunta supresión de tasas municipales, el despropósito del recargo está servido.

Por otra parte, la boutade del millón de votos aducida por Leguina es igualmente memorable. Pero ¿quién le conocía a usted cuando los madrileños votamos mayoritariamente a Enrique Tierno o a lo que significan las siglas socialistas, introduciendo por mimetismo la papeleta malhadadamente encabezada por su nombre? Desde luego, yo al menos no votaré al Grupo Popular, aunque sólo sea por un mínimo sentido de la estética, pero le aseguro que jamás volveré a refrendar su política con mi sufragio.

Ah, si esta carta se publica, le suplico que no la mande usted al fiscal, como parece va tomando por costumbre.-

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