El aumento de la actividad económica en los próximos años no favorecerá el empleo

Dos de los mayores expertos españoles sobre el mercado de trabajo han llegado a la conclusión de que, como mucho, el aumento de la actividad económica en los próximos años será neutral sobre el desempleo. Tras un análisis del período 1975- 1984, los economistas Antonio García de Blas y Santos Ruesga Benito aventuran que bajará la presión demográfica, pero aumentará la creciente segmentación del mercado, sufrida por las mujeres, los jóvenes y los trabajadores maduros, quienes nutren las tres cuartas partes del paro actual.

A estos problemas atribuyen los fuertes contrastes del mercado es...

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Dos de los mayores expertos españoles sobre el mercado de trabajo han llegado a la conclusión de que, como mucho, el aumento de la actividad económica en los próximos años será neutral sobre el desempleo. Tras un análisis del período 1975- 1984, los economistas Antonio García de Blas y Santos Ruesga Benito aventuran que bajará la presión demográfica, pero aumentará la creciente segmentación del mercado, sufrida por las mujeres, los jóvenes y los trabajadores maduros, quienes nutren las tres cuartas partes del paro actual.

A estos problemas atribuyen los fuertes contrastes del mercado español (siendo el peor entre los países industrializados, ofrece mayores tasas de permanencia que en Japón) y que el desempleo se haya multiplicado por ocho durante la última década.Los dos economistas, coautores de las encuestas anuales del Ministerio de Economía y Hacienda sobre la negociación colectiva, recogen la extendida impresión de que sin el fenómeno de la economía sumergida sería dificil explicar que la gravedad de la situación del desempleo (las tasas de paro en España casi duplican la media de los países industrializados) no se manifieste en situaciones de conflictividad social más o menos generalizadas.

En un estudio que aparecerá en Información Comercial Española, órgano de dicho ministerio, se limitan sobre este particular a señalar que la economía oculta adquiere un volumen demasiado importante para que no se le preste la atención debida. También dicen que el fenómeno aún no ha encontrado una actitud decidida (las posturas oficiales han basculado desde propugnar la represión al dejar hacer).

Moderación salarial

Aunque no se pronuncian sobre su dimensión, indican que si se hubiera mantenido la tasa de actividad de 1975, actualmente el paro se cifraría en 3,5 millones de personas, un millón más de los contabilizados oficialmente, lo que supondría una tasa sobre la población activa del 27%, en lugar del 20%. Y añaden que "probablernente una buena parte de ese amplio colectivo de desanimados que se retiran voluntariamente del mercado oficial de trabajo pasa a engrosar la oferta potencial de trabajo de los mercados paralelos". Interpretación, por tanto, distinta de la que han empezado a dar fuentes oficiales, para las que son las estadísticas del 20%. las que estarían sobreestimadas.Según García de Blas y Santos Ruesga, para quienes en los últimos años no se ha registrado una moderación salarial efectiva, lograda sólo a nivel de costes unitarios por el aumento de productividad que ha permitido el empleo, las principales variables del mercado dependerán de la marcha de la economía y de los cambios institucionales en la regulación del empleo. La única ventaja aparente en el horizonte será la menor presión demográfica, derivada del creciente envejecimiento, aunque quizá por los problemas de la Seguridad Social se opte por retrasar la edad de jubilación.

No obstante, si con la entrada en la CEE España decide engancharse al carro de los más desarrollados, necesitará fuertes inversiones en investigación tecnológica, formación de cuadros y una seria reconversión del aparato productivo, financiero y fiscal. Otros problemas en el horizonte serán la irrupción de más emigrantes extranjeros, tanto técnicos como no cualificados; la crisis del sindicalismo; la demanda de mayor seguridad e higiene y la quiebra del principio de estabilidad en el sector público. Las nuevas generaciones "se ajustan a las condiciones cambiantes mejor que las actuales".

Los mayores problemas del mercado de trabajo han sido identificados como la insuficiente moderación salarial, la deficiente flexibilidad, la creciente segmentación del mercado (existente al empezar la crisis y que se ha acelerado por los salarios y la rigidez del marco laboral), y la escasa cobertura en la protección del desempleo.

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