Cartas al director

Los 75 años de Juan Carlos Onetti

¡Qué grande es Onetti, uno de los escasos fabuladores del americano. Cono Sur que me fascinan, junto con los Sábato, Vargas, Vila, Manuel Gálvez y un puñado más!Como diría Azorín, Onetti es un espíritu fiero e independiente, que vive y recrea las maravillosas aventuras que narra, que no creía -al contrario que Mario Vargas Llosa- que la literatura puede suscitar la revolución, que ha acertado a aunar realismo y experimentación estilística, que ha sabido, en fin, y entre otras muchas cosas, conformar unas individualidades -Junta Larsen, por ejemplo- atractivas y gloriosas.

Como tantos ot...

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¡Qué grande es Onetti, uno de los escasos fabuladores del americano. Cono Sur que me fascinan, junto con los Sábato, Vargas, Vila, Manuel Gálvez y un puñado más!Como diría Azorín, Onetti es un espíritu fiero e independiente, que vive y recrea las maravillosas aventuras que narra, que no creía -al contrario que Mario Vargas Llosa- que la literatura puede suscitar la revolución, que ha acertado a aunar realismo y experimentación estilística, que ha sabido, en fin, y entre otras muchas cosas, conformar unas individualidades -Junta Larsen, por ejemplo- atractivas y gloriosas.

Como tantos otros, Onetti es un Nobel en potencia. En realidad, los galardonados por la Academia Sueca no son precisa ni necesariamente los mejores, los de más méritos idealistas y literarios. Existe una cohorte muy nutrida de personalidades de la pluma acreedores igualmente a tan elevado palmarés. No se puede premiar a todos, y nadie dudaría la superioridad, por ejemplo, de un Galdós sobre un Echegaray -por otra parte, injustamente menospreciado-, de un Gorki sobre un Ivan Bunin.

No sólo el análisis psicológico del autor uruguayo nacido en 1909 es especíalmente digno de interés y encomio, sino la sugestiva personalidad de sus personajes nos subyuga grandemente. Onetti no sólo cuenta cosas interesantes, dibuja seres fascinantes, utiliza un instrumento expresivo progresivamente, a lo largo de su evolución, genial y perdurable. Todo su mundo novelesco palpita como un himno a la vida. Una vida que no ha sido excesivamente fácil hasta ahora, como difícil y laboriosa es su producción creativa. Todos recordamos sus momentos difíciles cuando, entre fármacos, novelas policíacas y un desorden revelador de sus menoscabado estado psíquico, hacía esfuerzos por demostrar a los entrevistadores su talla intelectiva y su aureola personal, mostrando esa grandeza que hace a los sufrientes heroicos sobrevivientes de un destino temporalmente adverso. Enhorabuena, pues, a Onetti por sus 75 años bien aprovechados.-

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