INVERSIONESCÉDULAS HIPOTECARIAS

A la caza de la desgravación

Angustiosa falta de oportunidades para invertir en los últimos días del año

Agotadas las emisiones de deuda pública desgravable, los contribuyentes españoles se han visto obligados en los últimos días del ejercicio fiscal 1984 a acudir a otro tipo de activos calificados para poder acogerse a la desgravación del 15% de la cantidad invertida, hasta el tope del 30% de la base imponible, y siempre que se mantengan los títulos adquiridos al menos durante tres años (en caso de desinversión existe un plazo de 30 días para volver a colocar el dinero en otra inversión calificada). Según este informe, elaborado por Manuel Navarro, el problema es que la avalancha compradora ha a...

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Agotadas las emisiones de deuda pública desgravable, los contribuyentes españoles se han visto obligados en los últimos días del ejercicio fiscal 1984 a acudir a otro tipo de activos calificados para poder acogerse a la desgravación del 15% de la cantidad invertida, hasta el tope del 30% de la base imponible, y siempre que se mantengan los títulos adquiridos al menos durante tres años (en caso de desinversión existe un plazo de 30 días para volver a colocar el dinero en otra inversión calificada). Según este informe, elaborado por Manuel Navarro, el problema es que la avalancha compradora ha agotado casi todas las emisiones de renta fija y la presión ha llegado hasta la renta variable.

Unas emisiones garantizadas con sabor de hogar

Las cédulas hipotecarias son títulos emitidos por el Banco Hipotecario, cajas de ahorro y sociedades hipotecarias autorizadas. Están garantizados por el conjunto de todas las hipotecas inscritas en favor de la entidad emisora y gozan de la consideración de acreedores singularmente privilegiados en caso de tener que ejecutarlas.Este alto nivel de seguridad ha rebajado su tasa de interés, pero, dado que los períodos de suscripción de estos títulos son bastante amplios -actualmente todavía están abiertas emisiones que salieron al mercado en el mes de septiembre-, sus tipos compiten hoy con otras emisiones tradicionalmente mejor retribuidas.Las cédulas hipotecarias suelen ser colocadas por las cajas entre su clientela habitual, por lo que hasta la creación del Fondo Público de Regulación del Mercado Hipotecario sus posibilidades de liquidez han sido muy escasas. Actualmente la situación ha cambiado y es posible convertirlas en dinero con absoluta facilidad.Muchos inversores han utilizado estos títulos con vistas a ocultarse del fisco, ya que se emiten al portador y hasta ahora no queda constancia del comprorador (la retención del 18% se efectúa de forma anónima). Esté mecanismo no es válido, evidentemente, si se quieren utilizar para desgravar.

También este anonimato puede originar problemas si se pierden los títulos, ya que se considera que el propietario de los mismos es su último poseedor, por lo que en caso de robo o extravío será dificil demostrar la propiedad.

Algunas cédulas se emiten bajo la fórmula de cupón cero, lo que significa que no existen pagos de intereses periódicos hasta que llegue el momento de la amortización, en que se recibe el nominal más un porcentaje, que suele oscilar entre el 140% y el 170%.

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