La caída de precios del petróleo empobrece las haciendas nacionales en el golfo Pérsico

No son lo que se llama pobres, pero, desde luego, son cada vez menos ricos. Las naciones del golfo Pérsico han visto reducirse sensiblemente sus ingresos financieros en los dos últimos años por la fuerte caída en precios y ventas de su único producto exportable: el petróleo. Pero una política acertada de inversiones durante los años buenos ha creado una nueva industria en estos países, el refino y la petroquímica, que amenaza de nuevo a los países consumidores.

Con todo, las naciones del Golfo, que mañana se reúnen en esta ciudad dentro de lo que se conoce el Consejo de Cooperación del ...

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No son lo que se llama pobres, pero, desde luego, son cada vez menos ricos. Las naciones del golfo Pérsico han visto reducirse sensiblemente sus ingresos financieros en los dos últimos años por la fuerte caída en precios y ventas de su único producto exportable: el petróleo. Pero una política acertada de inversiones durante los años buenos ha creado una nueva industria en estos países, el refino y la petroquímica, que amenaza de nuevo a los países consumidores.

Con todo, las naciones del Golfo, que mañana se reúnen en esta ciudad dentro de lo que se conoce el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), afrontan desde hace dos años una disminución de sus ingresos petroleros del orden del 20% anual, según datos facilitados por el secretario de la OPEP. La caída de los precios del crudo y la pérdida de cuota en el mercado mundial del petróleo han convertido en solo un año sus fabulosos superávit externos en déficit multimillonarios.Los datos de la OPEP relativos a 1983 señalan que las ventas de crudo de la OPEP descendieron un 13,8% en 1983 y continúan cayendo en 1984. La OPEP sólo produce hoy unos 16-17 millones de barriles al día, frente a los 31 millones que vendían en 1980. Su cuota mundial en el mercado del petróleo ha descendido del 60% a menos del 37% en menos de dos años. Como consecuencia de esta política, sus ingresos pasaron de 204.000 millones de dólares en 1982 a 162.790 millones de dólares el pasado año.

Sólo Arabia Saudí, el país más rico del área, arrojó un déficit por cuenta corriente de 19.430 millones de dólares en 1983, frente a un superávit de 18.330 millones en 1982. Para finales de este año, el déficit se habrá doblado y es posible que continúe aumentando el próximo año si, tal como se prevé, la caída de los precios del petróleo continúa. Sólo en el último mes, y pese a su estudiada política de manipular el mercado por medio de fuertes reducciones en la producción, el precio del crudo descendió. casi un 5% en los mercados libres de Europa, Asia y el Caribe.

La baja de ingresos se está notando en las naciones del Golfo, y aunque todavía no es un fenómeno evidente en las calles, la política oficial, en muchos países de la zona, habla ya de austeridad. Incluso, un país como Kuwait o los ricos emiratos del Golfo, donde todavía se registran importantes superávit debido a los bajos niveles de población a la que alimentar, los volúmenes de inversión han caído y el despilfarro de otras épocas se controla con esmerado cuidado.

Kuwait, quizá uno de los países más representantivos de la zona rica del Golfo, tan sólo espera aumentar en un 4,5% sus ingresos petroleros el próximo año. Gran parte de este aumento no vendrá por exportaciones de crudo, sino gracias al desarrollo de sus industrias petroleras de transformación o por el gas. En menos de cuatro años, la Corporación Kuwaití del Petróleo se ha convertido en un consorcio multinacional gigantesco, que no sólo exporta crudo, sino productos transformados del petróleo. Es curioso comprobar que las previsiones de la compañía para 1985 hablan de un fuerte aumento de sus exportaciones de productos petroquímicos.

Estrategia de Arabia Saudí

Algo similar ha sucedido en Arabia Saudí, donde, pese a la caída de sus ventas de crudo, las ganancias de la compañía nacional, Petyuromin, experimentarán un fuerte aumento en 1985. Básicamente, éstas vendrán como consecuencia de la ampliación de su red de ventas y del cambio de una estrategia, que ha permitido al país modificar drásticamente la fuente de sus ingresos.Estadísticas del Gobierno de Ryad indican que después de 10 años de fuertes inversiones, que han significado más de 11.000 millones de dólares, casi un tercio de las exportaciones del reino serán productos. Este porcentaje es del 65% en un país como Kuwait, quizá el que más rápidamente ha modificado su política de dependencia del crudo. Con unas exportaciones sustanciales de productos y de artículos petroquímicos, Kuwait mantiene hoy un volumen de venta de petróleo muy superior a la cuota de mercado que le reserva la OPEP y que es tan sólo de 900.000 barriles al día. Sus ventas reales, sin embargo, ascienden a 2,5 millones al día.

Kuwait, además, se ha convertido en el país pionero del Golfo en. establecer toda una red de ventas y refino en propiedad en los mercados más apetitosos. El emirato tiene hoy refinerías en Bélgica, Dinamarca, Italia, Holanda y Luxemburgo. Ha tratado también de establecerse en España, pero las restricciones oficiales han impedido una fuerte inversión en una refinería.

Afortunadamente para algunos países consumidores, la política de inversiones en Europa no ha sido seguida por otras naciones del Golfo, que hoy afrontan serios problemas cuando la propia OPEP les autolimita su cuota de mercado. Tal es el caso del resto de productores de petróleo englobados en el Consejo de Cooperación del Golfo, como Qatar, Omán, Emiratos y Bahrain. Estas naciones, con escasas necesidades financieras, pese a todo, han visto reducir sus ingresos petroleros en mayor medida, y así se explica que sus problemas sean hoy de naturaleza muy diferente a los previsores Kuwait y Arabia Saudí. Todo ello sin contar con una política de inversiones financieras que aún hacen de este rincón semidesértico de Oriente Próximo un verdadero mar de riqueza.

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