La manifestación contra la política educativa del Gobierno

Martínez Fuertes, preocupado por el creciente protagonismo de la FERE

La actitud dialogante de la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza, que le ha dado el protagonismo en los contactos con el Gobierno, ha causado inquietud entre el resto de las fuerzas sociales que se oponen a la política educativa del PSOE. Estas organizaciones, y especialmente la patronal CECE, encabezada por Ángel Martínez Fuertes, se encuentran preocupadas ante la aceptación por la FERE de entrar con voz propia en el diálogo entre el episcopado y la Administración para discutir el desarrollo de la ley orgánica del Derecho a la Educación (LODE). No obstante, las organizaciones pro...

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La actitud dialogante de la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza, que le ha dado el protagonismo en los contactos con el Gobierno, ha causado inquietud entre el resto de las fuerzas sociales que se oponen a la política educativa del PSOE. Estas organizaciones, y especialmente la patronal CECE, encabezada por Ángel Martínez Fuertes, se encuentran preocupadas ante la aceptación por la FERE de entrar con voz propia en el diálogo entre el episcopado y la Administración para discutir el desarrollo de la ley orgánica del Derecho a la Educación (LODE). No obstante, las organizaciones promotoras de la manifestación de mañana en Madrid contra la política educativa del Gobierno han insistido en los últimos días en que se encuentran más unidas que nunca.

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Esta hecho afecta sobre todo a la patronal CECE, que hasta ahora ha ejercido un papel importante en el diálogo con los distintos gobiernos de la transición política.En sus últimas comparecencias públicas, tanto el presidente de la patronal CECE, el sacerdote agustino Ángel Martínez Fuertes, como la presidenta de la Confederación Católica de Padres (Concapa), Carmen Fernández de Alvear, han reafirmado la unidad de la Coordinadora pro Libertad de Enseñanza, integrada por ambas confederaciones más la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE) y la Federación de Sindicatos Independientes de la Enseñanza (FSIE).

Los presidentes de las dos confederaciones han denunciado como una "manipulación tendente a cargarse la manifestación", las interpretaciones que se hicieron sobre el hecho de que los obispos y el ministerio hayan incluido a la FERE en el diálogo que ambas instancias mantienen en torno al futuro desarrollo de la ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE).

Para restablecer la confianza que podría haber sido lesionada por dichas interpretaciones, determinados obispos se han apresurado a manifestar la independencia entre la manifestación anunciada y el diálogo que ellos (y ahora también la FERE) mantienen con la Administración. Ayer mismo el presidente de la Comisión Episcopal de Enseñanza, Elías Yanes, reafirmaba ante la junta directiva de la FERE dicha independencia.

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Con anterioridad a la reunión de los obispos Elías Yanes y Fernando Sebastián con el ministro de Educación, José María Maravall, celebrada el pasado 26 de octubre en la sede de la secretaría de Estado de Universidades e Investigación, el arzobispo de Madrid, Angel Suquía, había separado ya con toda nitidez los dos planos: el del diálogo y el de la manifestación.Carmen de Alvear manifestó en una conferencia de Prensa celebrada el jueves de la semana pasada que le parecía un error que la Administración hubiese invitado a dialogar a una organización, y no ocultó que consideraba igualmente erróneo el que la organización invitada hubiese aceptado este diálogo unilateralmente.

Igual contrariedad había dado a entender Martínez Fuertes en una reunión informativa previa, ocasión en la que de modo expreso pidió a la Administración el inicio inmediato de negociaciones, aunque quedó claro que su reivindicación parecía cinrcunscribirse más a la patronal que él preside que a las restantes organizaciones.

Fuera de la formalidad de la conferencia de prensa en que Martínez Fuertes hacía estas declaraciones, otras fuentes de la CECE no ocultaban su "indignación ante la actitud de los obispos", a quienes esta organización empresarial parece culpar de su marginación en el diálogo con la Administración en favor de la FERE.

Históricamente, las relaciones entre la FERE y la CECE han pasado por vicisitudes muy diversas, donde la unión y el distanciamiento han ido alternándose sucesivamente, casi siempre en función de la actitud que la Administración de turno mantuviera hacia una u otra organización.

Durante algún tiempo, las colegios de titularidad eclesiástica (al margen de la actitud de los pertenecientes al Opus Dei que casi siempre han funcionado por su cuenta, haciendo buena la tradición de que la organización que fundara Escrivá de Balaguer tiende a comportase como una "iglesia dentro de la Iglesia") dudaron sobre la conveniencia de integrarse o no en la CECE. Actualmente la inmensa mayoría está efectivamente integrada en la gran organización patronal, que, según afirma de sí misma frecuentemente, agrupa a más del 80% de los centros de titularidad privada; el resto o no están asociados o pertenecen a la Asociación de Centros Autónomos de la Enseñanza (ACADE).

A partir del momento en que los centros de la Iglesia se integraron en la confederación CECE, en parte porque ésta ha estado casi siempre encabezada por un sacerdote, en parte por la propia personalidad de los grandes colegios de titularidad eclesiástica en ella representados, la opinión generalizada, incluso la de entidades y personas muy próximas al mundo de la enseñanza, ha tenido cierta tendencia a confundir a ambas entidades.

Para matizar la diferencia entre ambas, se ha acuñado una fórmula, en virtud de la cual la FERE se mueve en el plano de lo pedagógico y espiritual, y es esencialmente una organización confesional, mientras que la CECE, que es aconfesional, a pesar de la importante presencia en ella de los centros de titularidad eclesiástica, se mueve en el plano estrictamente material, como corresponde a una entidad empresarial.

Pero esta circunstancia, sobre todo a medida que se generalizó el sistema de subvenciones, contribuyó a traspasar a favor de la CECE cierto protagonismo en las relaciones con la Administración, que históricamente había detentado siempre la FERE.

Ley de conciertos

Así las cosas, se produce la expectativa de un cambio sustantivo y esencial para el futuro de los centros educativos de titularidad privada que va a propiciar la LODE. Parece, pues, bastante lógico que la FERE, que siempre se manifiesta en absoluta comunión con los obispos, no esté dispuesta a dejar a nadie el protagonismo del diálogo con la Administración sobre el futuro de sus colegios en la fase decisiva de desarrollo de la LODE, sobre todo cuando el Gobierno ponga en marcha la ley de Conciertos o los convenios que regularán sus relaciones con los centros subvencionados.Esto explica que los dirigentes de la FERE, sin esperar a ver si sus compañeros de coordinadora eran invitados, se hayan apresurado a aceptar la llamada a participar activamente en ese "cauce de dialogo permanente" entre los obispos y el Gobierno.

Con todo, lo importante es saber qué papel va a jugar la CECE en el futuro, y si este comienzo de diálogo "por separado" de la FERE con la Administración, no supone el principio del fin de la fuerza de la CECE como organización, así como si es o no previsible que todos los colegios de la Iglesia acaben negociando su futuro, por separado, con la Administración.

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