Resignación en los pacifistas de la RFA tras el fracaso de la manifestación de ayer

La resignación imperaba ayer en el movimiento pacifista de la República Federal de Alemania (RFA), tras fracasar ayer en su intento de formar una cadena humana de 210 kilómetros entre Hasselbach, zona de estacionamiento de los misiles Cruise, y Duisburgo, ciudad del Ruhr con un elavado índice de desempleo. Con la manifestación, los pacifistas querían mostrar la conexión entre la carrera de armamentos y el paro.

En Bonn tan sólo unas 50.000 personas asistieron en el parque de la Universidad al mitin que puso fin a la jornada pacifista, en medio de una fuerte lluvia. El movimiento pacifis...

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La resignación imperaba ayer en el movimiento pacifista de la República Federal de Alemania (RFA), tras fracasar ayer en su intento de formar una cadena humana de 210 kilómetros entre Hasselbach, zona de estacionamiento de los misiles Cruise, y Duisburgo, ciudad del Ruhr con un elavado índice de desempleo. Con la manifestación, los pacifistas querían mostrar la conexión entre la carrera de armamentos y el paro.

En Bonn tan sólo unas 50.000 personas asistieron en el parque de la Universidad al mitin que puso fin a la jornada pacifista, en medio de una fuerte lluvia. El movimiento pacifista en la RFA ha perdido fuerza y la jornada de ayer fue un fracaso. Tras las manifestaciones masivas del otoño pasado, motivadas por la inminencia del estacionamiento de los cohetes atómicos de la OTAN, este año los pacifistas parecen haber caído en la resignación. La cadena humana entre la región del Hunsrück y la zona industrial del Ruhr, que necesitaba 200.000 personas para cerrarla, fracasó.En la manifestación central de Bonn, que duró desde el mediodía hasta avanzada la tarde, una joven paseaba una pancarta que difundía un eslogan significativo del momento que atraviesa el pacifismo en la RFA: "Sólo los peces muertos nadan a favor de la corriente". En el mitin de Bonn la portavoz del grupo parlamentario Verde en el Bundestag, la teóloga protestante Antje Vollmer, dijo que "el movimiento pacifista tiene su sitio en la calle y no puede agotar su trabajo en el Parlamento". Dijo que los Pershing II y los misiles Cruise son "la punta de lanza de la estrategia de la OTAN y tenemos que exigir la salida de la OTAN".

El orador más esperado era el alcalde socialdemócrata de Saarbrücken, Oskar Lafontaine, que dijo: "Nuestra vida depende del juego de lotería de las computadoras que accionan los misiles atómicos". Subrayó la necesidad de convertir en "mayoría política" el movimiento pacifista.

La manifestación de ayer en Bonn fue triste comparada con las de años pasados. En las miradas y conversaciones de los asistentes se palpaba la frustración y resignación. Uno de los organizadores reconoció a este periódico que no se habían conseguido los objetivos fijados, "pero lo importante es que los motivos por los que nos manifestamos conservan su importancia".

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