La política energética y la CEE

Con referencia a la carta de don Ramón Feliu, de Barcelona, publicada en EL PAIS del 4 de octubre de 1984 bajo el título Socialismo y gasóleo, quisiera hacer constar que uno de los instrumentos -acaso el más importante- de la política energética común de la CEE es la fijación de precios para la energía que estén de acuerdo con los objetivos y planteamientos de dicha política energética.Objetivos tales como la política social o de lucha contra la inflacíón poco tienen que ver con un suministro seguro y no discriminatorio para el consumidor. Esto significa que en Italia el precio del gasó...

Con referencia a la carta de don Ramón Feliu, de Barcelona, publicada en EL PAIS del 4 de octubre de 1984 bajo el título Socialismo y gasóleo, quisiera hacer constar que uno de los instrumentos -acaso el más importante- de la política energética común de la CEE es la fijación de precios para la energía que estén de acuerdo con los objetivos y planteamientos de dicha política energética.Objetivos tales como la política social o de lucha contra la inflacíón poco tienen que ver con un suministro seguro y no discriminatorio para el consumidor. Esto significa que en Italia el precio del gasóleo-motor no está determinado según un criterio de protección social, sino en función de la política aceptada en común con los demás países de la Comunidad.

Quedan muchas dificultades por superar en ese ámbito, y la Comisión Europea ha propuesto al Consejo de Ministros europeo una serie de principios comunes de formación de precios para la energía que serán discutidos el próximo 13 de noviembre. Entre ellos destacamos la crítica de la comisión hacia aquellos Gobiernos que obligan a las sociedades del sector a mantener los precios a un nivel artificialmente bajo para cumplir con objetivos de carácter social o antiinflacionistas incompatibles con una verdadera política energética. Otras de las medidas persiguen una mayor coherencia de la fiscafidad que se aplica a los productos energéticos y cuya diversidad actual daña al equilibrio del mercado. Se observa una variación del 12% al 25% en el tipo impositivo del IVA, la variación para los impuestos específicos se cifra entre

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