UGT y la huelga de aeropuertos
En el artículo publicado en EL PAIS del día 19 de septiembre sobre la huelga de técnicos de mantenimiento de aviones se ponen en mi boca manifestaciones que pueden entenderse -y de hecho así lo han sido- como acusaciones de esquirolismo a UGT. Debo precisar que en ningún momento he pensado imputar a esta central sindical de tan positiva y fecunda historia hechos o acciones aislados cometidos por algunos de sus componentes. No caeré en el error de juzgar eí todo por la parte.La actitud insolidaria y vergonzante de algún distinguido militante de la central socialista debe serle reprochada a aqué...
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En el artículo publicado en EL PAIS del día 19 de septiembre sobre la huelga de técnicos de mantenimiento de aviones se ponen en mi boca manifestaciones que pueden entenderse -y de hecho así lo han sido- como acusaciones de esquirolismo a UGT. Debo precisar que en ningún momento he pensado imputar a esta central sindical de tan positiva y fecunda historia hechos o acciones aislados cometidos por algunos de sus componentes. No caeré en el error de juzgar eí todo por la parte.La actitud insolidaria y vergonzante de algún distinguido militante de la central socialista debe serle reprochada a aquél, y tal fue el sentido de mis palabras. En toda organización existen individuos cuyo comportamiento en ocasiones le perjudica, pero es en el seno de aquélla donde deben depurarse las responsabilidades. Básteme aquí deplorar que una central prestigiosa como UGT haya podido verse salpicada por el comportamiento de quien, sirviendo oscuros intereses personales, traicionó a sus compañeros en lucha.
Por otra parte, se me atribuye una relación entre el fallecimiento de un compañero y la actividad desplegada por los aludidos militantes, lo que es insidioso, aunque sin duda involuntario. Sería descabellado y una ofensa al compañero fallecido presumir una relación semejante.
El martes día 25 de septiembre tuvo lugar una conferencia de prensa, en cuyo transcurso fueron aclarados los puntos anteriormente mencionados, y, si bien EL PAIS en su edición del 26 de sep-
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