Un iraní perderá los dos ojos por haber arrancado los de su esposa por celos

El diario teheraní Keyhan publicó hace unos días una noticia que ha conmovido en la capital iraní: en un arrebato de celos, un esposo celoso, padre de tres hijos, arrancó a su esposa los dos ojos y la ocultó bajo el capó de su coche, aterrado por lo que había hecho. La esposa, Maryam Nazari, logró hacerse oír desde el interior del automóvil y llevó el caso ante un tribunal de Qissas, leyes que regulan por el procedimiento del talión algunos supuestos jurídicos en Irán. El agresor ha sido condenado a perder los dos ojos.

Según las leyes citadas, los miembros de l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El diario teheraní Keyhan publicó hace unos días una noticia que ha conmovido en la capital iraní: en un arrebato de celos, un esposo celoso, padre de tres hijos, arrancó a su esposa los dos ojos y la ocultó bajo el capó de su coche, aterrado por lo que había hecho. La esposa, Maryam Nazari, logró hacerse oír desde el interior del automóvil y llevó el caso ante un tribunal de Qissas, leyes que regulan por el procedimiento del talión algunos supuestos jurídicos en Irán. El agresor ha sido condenado a perder los dos ojos.

Según las leyes citadas, los miembros de las mujeres valen a mitad que los del varón, por lo cual la ley permite al juez condenar en este caso al marido a la pérdida de un ojo, frente a los dos que la infortunada esposa perdió. Sin embargo, si se paga una diferencia, la demandante tiene derecho a resarcirse totalmente, cosa que Maryam Nazari hizo. Con la ayuda de sus amigos y familiares reunió la cantidad equivalente a 12.3 kilogramos de plata que establece la ley del Talión para el resarcimiento completo, y ahora espera que su agresor sufra la extirpación de su segundo ojo en la prisión de Qasr.

El suceso ocurrió en un desierto cercano a la localidad iraní de Varamin. El agresor contó con la ayuda de dos personas más para realizar su crimen. Los hechos han conmovido a los iraníes. El esposo actuó, al parecer, en un arrebato de locura derivado del deseo de su esposa de divorciarse de él, ya que su matrimonio había fracaso tiempo atrás. Ella contrajo matrimonio a la edad de 12 años, actualmente cuenta 22 y el agresor 24. Recientemente los dignatarios de la República islámica han advertido a las familias iraníes que los matrimonios de conveniencia, acordados por las familias a espaldas de los novios, son un crimen, y han reiterado que los matrimonios sin amor constituyen una grave ofensa a la dignidad humana.

Archivado En