París ha concedido últimamente tres cartas de residencia por seis meses que no serán renovadas

Fuentes próximas a la Administración francesa confirmaron ayer que en el Departamento de los Pirineos Atlánticos se siguen renovando con normalidad las cartas de residencia a los refugiados que se encuentran en situación regular. Sin embargo, en medios próximos a los residentes vascos se comenta con sorpresa la nueva medida que ha aplicado, en tres casos, la Administración francesa, al haber concedido recientemente a tres de ellos una carta de residencia de seis meses de plazo.En ella consta que, una vez finalizado ese periodo, no podrán seguir residiendo legalmente en Francia. Varios activist...

Fuentes próximas a la Administración francesa confirmaron ayer que en el Departamento de los Pirineos Atlánticos se siguen renovando con normalidad las cartas de residencia a los refugiados que se encuentran en situación regular. Sin embargo, en medios próximos a los residentes vascos se comenta con sorpresa la nueva medida que ha aplicado, en tres casos, la Administración francesa, al haber concedido recientemente a tres de ellos una carta de residencia de seis meses de plazo.En ella consta que, una vez finalizado ese periodo, no podrán seguir residiendo legalmente en Francia. Varios activistas vascos han solicitado por vez primera residencia en Francia en los últimos meses fuera de los nueve departamentos fronterizos, en aplicación rigurosa de las nuevas medidas administrativas que puso en práctica el Gobierno de París en los últimos meses, concretamente desde marzo, que prohíben la asignación de residencia de nuevos exiliados en las zonas lindantes con España.

Una de las solicitudes se ha realizado en un departamento próximo a París, y otras, cuyo número no ha sido posible precisar, se han realizado en departamentos situados en el centro de Francia. Si la concesión de permisos de seis meses no renovables fuese adoptada como norma, lo que no ha podido ser confirmado por este periódico en la propia Administración francesa, ello implicaría una expulsión tácita del territorio francés a aquellos que fueran recibiendo este documento, en el momento en que les toca renovar su fecha de residencia.

Todo ello, junto a las medidas de expulsión adoptadas por el Gobierno francés, representa una permanente amenaza que está provocando entre los refugiados medidas de cautela.