El presidente admite que hay tensión en el PSOE por la OTAN

El presidente del Gobierno, Felipe González, admitió ayer que la cuestión de la permanencia o no de España en la OTAN "es un problema delicado en la opinión pública española y en el seno del partido socialista". El presidente, hablando para el programa de la televisión irlandesa Today tonight, se negó a responder taxativamente sí o no a si España debe o no seguir en la Alianza Atlántíca."No digo exactamente eso ni tampoco lo contrario, la vinculación se debe mantener o bien a través de nuestra relación bilateral con los Estados Unidos o con la OTAN", señaló. "Lo ideal serí...

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El presidente del Gobierno, Felipe González, admitió ayer que la cuestión de la permanencia o no de España en la OTAN "es un problema delicado en la opinión pública española y en el seno del partido socialista". El presidente, hablando para el programa de la televisión irlandesa Today tonight, se negó a responder taxativamente sí o no a si España debe o no seguir en la Alianza Atlántíca."No digo exactamente eso ni tampoco lo contrario, la vinculación se debe mantener o bien a través de nuestra relación bilateral con los Estados Unidos o con la OTAN", señaló. "Lo ideal sería integrarse en un sistema defensivo puramente europeo, pero no existiendo esa posibilidad hay que elegir entre las dos fórmulas ya dichas".

Al margen ya de la entrevista, González admitió que "hay cierta vinculación psicológica" entre los españoles acerca de nuestra adhesión a la CEE y la permanencia en la OTAN, "aunque estando en Irlanda, país que no pertenece a la Alianza Atlántica, es difícil admitir que existe un vínculo entre estar en la OTAN y en la CEE".

Uno de los factores más destacados de la visita del presidente del Gobierno español a Dublín reside precisamente en el hecho de que Irlanda es miembro de la CEE sin pertenecer a la OTAN y mantiene un estado de neutralidad dentro de Europa.

De hecho, ninguno de los partidos políticos representados en el Parlamento irlandés se muestra favorable a que su país pierda ese estatuto de neutralidad, alcanzado poco antes de estallar la segunda guerra mundial. No obstante, de cuando en cuando llegan voces -fundamentalmente del vecino país británico- subrayando que un acercamiento de Irlanda a la Alianza Atlántica redundaría en una disminución de la violencia en el Norte.

La peculiar posición que Irlanda mantiene entre los países de la CEE hace que resulte poco probable -contra lo que aparentemente ocurrió hace una semana en Dublín con motivo de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la CEE- que en esta ocasión nadie relacione la permanencia de España en la OTAN con la entrada en la CEE.

Desde este punto de vista, las conversaciones que Felipe González celebra en Dublín tienen un carácter más técnico que político, y éste parece otro factor, tal vez no el más importante, aportado como justificación de la ausencia del ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, en esta visita oficial.

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Por su parte, el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, quien ayer se entrevistó con el titular de Exteriores irlandés, Peter Barry, se limitó a sonreir cuando un periodista le preguntó cómo le sentaba ejercer las funciones de jefe de la diplomacia española.

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