Detenido un portugués que explotaba a su hijo, de siete años, en una caseta de feria

Alberto Jorge da Silva, alias Domingo, de nacionalidad portuguesa, pasó ayer a disposición del juez de El Escorial acusado de explotar a un menor, su hijo de siete años Alejandro, y por presentar en su caseta de feria un espectáculo denigrante, denominado Mogambo. El niño, completamente normal, era presentado al público, gracias a un decorado y una combinación de espejos, como una niña paralítica y deforme a la que se retenía encadenada.

Da Silva, había montado su caseta de espectáculos de feria la semana pasada en Majadahonda con motivo de las fiestas patronales de esta localidad, situ...

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Alberto Jorge da Silva, alias Domingo, de nacionalidad portuguesa, pasó ayer a disposición del juez de El Escorial acusado de explotar a un menor, su hijo de siete años Alejandro, y por presentar en su caseta de feria un espectáculo denigrante, denominado Mogambo. El niño, completamente normal, era presentado al público, gracias a un decorado y una combinación de espejos, como una niña paralítica y deforme a la que se retenía encadenada.

Da Silva, había montado su caseta de espectáculos de feria la semana pasada en Majadahonda con motivo de las fiestas patronales de esta localidad, situada a 18 kilómetros de Madrid. El alcalde de Majadahonda, el socialista Luis Egea, ordenó a primera hora de la mañana de ayer a la Policía Municipal y la Guardia Civil una investigación sobre la naturaleza del espectáculo, después de que Diario 16 publicara ayer una información en la que se afirmaba que en la caseta Mogambo se exhibía encadenada y de forma denigrante una, "adolescente deforme y paralítica".Después de las investigaciones y tras tomarle declaración a Alberto Jorge da Silva se descubrió que se trataba de un truco en el que se empleaban espejos cóncavos. Alejandro, el niño de 7 años, ponía su cabeza entre los espejos que, mediante un montaje, lo hacía parecer "la niña más pequeña del mundo". La propaganda del espectáculo aseguraba que la niña deforme tenía 15 años. El Defensor del Pueblo en funciones, Álvaro Gil Robles, había mantenido también contactos con el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid para que investigara el caso.

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