La presencia española
La decisión de congelar la integración militar en la OTAN, anunciada por el presidente Felipe González en el debate que siguió a su discurso de investidura, no ha impedido que España mantenga su presencia diplomática y castrense en los numerosos comités civiles y militares a los que ya entonces había tenido acceso, realizándose también buen número de visitas a alto nivel.Iniciadas con la presencia de Fernando Morán, en Bruselas, en la reunión del 9 y el 10 de diciembre de 1982 del Consejo Atlántico, en la que el ministro español expuso la posición de su Gobierno sobre la Alianza, la asistencia...
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La decisión de congelar la integración militar en la OTAN, anunciada por el presidente Felipe González en el debate que siguió a su discurso de investidura, no ha impedido que España mantenga su presencia diplomática y castrense en los numerosos comités civiles y militares a los que ya entonces había tenido acceso, realizándose también buen número de visitas a alto nivel.Iniciadas con la presencia de Fernando Morán, en Bruselas, en la reunión del 9 y el 10 de diciembre de 1982 del Consejo Atlántico, en la que el ministro español expuso la posición de su Gobierno sobre la Alianza, la asistencia del ministro de Asuntos Exteriores y del de Defensa a las reuniones de la OTAN ha sido continuada, salvo algunas excepciones.
Por su parte, el ministro de Defensa español anunciaba, en la reunión del Comité de Planes de Defensa de la OTAN celebrada en Bruselas en junio de 1983, su voluntad de "empujar la participación de España en las futuras maniobras militares de la Alianza".
En algunos casos, la presencia española ha sido a título de observador, como en la reunión del Grupo de Planes Nucleares de octubre de 1983, o más o menos institucionalizada, como la asistencia mensual del director general de Asuntos Internacionales de Seguridad y Desarme, Carlos Fernández Espeso, a las reuniones del Grupo Consultivo Especial, en las que se facilita información precisa sobre euromisiles.
Por parte de la OTAN, el general Cornelius de lager, presidente del Comité Militar, iniciaba, el 14 de diciembre de 1983, una visita oficial a España de tres días, invitado por el presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor (JUJEM), Álvaro Lacalle, en el transcurso de la cual fue recibido por el presidente del Gobierno y por el Rey.