Cartas al director

La iglesia y la Iglesia

El documento del Vaticano contra la teología de la liberación no es un ataque personal al franciscano Leonardo Boff, sino un atropello contra millones de cristianos. Querer anular por documento el sentimiento y la religiosidad de un pueblo es poco más que imposible. Pero, sin embargo, el Vaticano desde su pedestal puede, con sus palabras, aislar y marginar a un sector de la Iglesia que se siente tan Iglesia como la que se resguarda bajo los grandes muros.La razón por la cual la Iglesia como institución se enfrenta a los cristianos que practican la teología de la liberación es el temor a que ...

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El documento del Vaticano contra la teología de la liberación no es un ataque personal al franciscano Leonardo Boff, sino un atropello contra millones de cristianos. Querer anular por documento el sentimiento y la religiosidad de un pueblo es poco más que imposible. Pero, sin embargo, el Vaticano desde su pedestal puede, con sus palabras, aislar y marginar a un sector de la Iglesia que se siente tan Iglesia como la que se resguarda bajo los grandes muros.La razón por la cual la Iglesia como institución se enfrenta a los cristianos que practican la teología de la liberación es el temor a que en dichos países consigan un régimen socialista. La Iglesia toma Posición en la política y claramente se alinea en favor de los intereses capitalistas y en contra de los sistemas marxistas. Corre un gran riesgo con esto, se contradice a sus mismos principios espirituales y apolíticos.

El Vaticano, con este documento, ejerce de principal freno a sus fieles; como antaño, vuelve a ser el reaccionario, el que manda y dirige; el que reprime cualquier innovación. Desde su estructura impide cualquier modalidad que la que rige sus dogmas e intereses. Se convierte en un régimen autoritario y unidireccional, precisamente lo que dice criticar. Utiliza la fuerza de su poder para extinguir, o al menos ignorar, el coraje de un pueblo que lucha por llevar el evangelio a sus casas.

Este documento coarta la fe de los católicos, no sólo de los latinoamericanos, sino los de todo el mundo que siente como primera necesidad de fe el construir una justicia social y el de traer a este mundo un reino de igualdad y fraternidad. Estos cristianos se sentirán defraudados de sus más altos responsables eclesiásticos cuando sólo focalizan un evangelio teórico y fuera de este mundo. Pero esta Iglesia institucionalizada no absorberá a la Iglesia que vive día a día su fe; aún falta mucho para hacer de este mundo un reino de amor e igualdad.- Asociación Misionera Seglar.

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