Cartas al director

Los intereses bancarios

En uno de los siete grandes bancos, cuyo nombre no me apetece mencionar, este humilde ciudadano de a pie tenía en una cartilla de ahorros unas pesetillas ahorradas con mucho sacrificio. El día 28 de julio último me personé en el mismo para que me anotaran los intereses en la cartilla del primer semestre del corriente año, y como observé que me habían puesto menos intereses de los que me correspondían, le dije al empleado que me atendió que se habían equivocado en la cuenta, contestándome éste que habían bajado los intereses porque el banco los había bajado también a los préstamos que ha...

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En uno de los siete grandes bancos, cuyo nombre no me apetece mencionar, este humilde ciudadano de a pie tenía en una cartilla de ahorros unas pesetillas ahorradas con mucho sacrificio. El día 28 de julio último me personé en el mismo para que me anotaran los intereses en la cartilla del primer semestre del corriente año, y como observé que me habían puesto menos intereses de los que me correspondían, le dije al empleado que me atendió que se habían equivocado en la cuenta, contestándome éste que habían bajado los intereses porque el banco los había bajado también a los préstamos que hacían a las industrias y a particulares. Le dije que tenía conocimiento de la rebaja que habían hecho en los préstamos, pero que, según-tenía entendido, la rebaja la hacían a partir del mes de julio del presente año y en cambio a mí me la habían aplicado con carácter retroactivo desde el primero de enero del presente año. Ante tal cochinada, liquidé la cuenta de la cartilla. Pero que conste que no lo hice por la pérdida material de intereses, que eran insignificantes yPasa a la página 10

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hasta ridículos, sino por cuestión de principios.

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Mi sorpresa fue mayor cuando observé que por los 28 días del mes de julio que había tenido mi dinero no me abonaron ni un céntimo. de intereses. Por la misma razón, si un cliente pide un préstamo a seis meses y lo abona a los 28 días, el banco no le debía de cobrar intereses.

Está visto que los bancos tienen dos medidas: una para pagar y otra para cobrar. Por otra parte, al gran capital le tiene sin cuidado (incluidos los accionistas de los bancos) que se, paguen pocos o ningunos intereses, pues tienen aseguradas sus ganancias mientras haya bancos en Norteamérica o en otras capitales del mundo que paguen, altos intereses. En resumen, aquí en España pagan los de siempre: el pueblo humilde-

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