Juegos de la 23ª Olimpiada de la era moderna

También en canoa

La evolución en el piragüismo español está en marcha. Ya se ha conseguido la primera medalla olímpica en la modalidad de la canoa canadiense. Narciso Suárez y Enrique Míguez, por una preciosa centésima de segundo de ventaja sobre el dúo francés se han colgado del cuello el bronce en los 500 metros del C-2, por detrás del yugoslavo, oro, y del rumano, plata.Durante los largos meses de concentración preolímpica, des de noviembre hasta el mismísimo embarque hacia Los Ángeles en Eduardo Herrero, directo técnico, y José Marí, entrenador así como en los propios piragüistas españoles, latía una inqui...

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La evolución en el piragüismo español está en marcha. Ya se ha conseguido la primera medalla olímpica en la modalidad de la canoa canadiense. Narciso Suárez y Enrique Míguez, por una preciosa centésima de segundo de ventaja sobre el dúo francés se han colgado del cuello el bronce en los 500 metros del C-2, por detrás del yugoslavo, oro, y del rumano, plata.Durante los largos meses de concentración preolímpica, des de noviembre hasta el mismísimo embarque hacia Los Ángeles en Eduardo Herrero, directo técnico, y José Marí, entrenador así como en los propios piragüistas españoles, latía una inquietud innegable, aunque esperanzada, respecto al porvenir. No en balde Herminio Menéndez, seguro, y Gregorio Ramos Misioné, casi seguro, han de retirarse de la actividad precisamente al término de los Juegos. Y, detrás de ellos, aun con el puente de un Guillermo del Riego todavía joven, pero también algo dubitativo en torno a su continuidad, se abría un vacío relativo, pero preocupante.

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Herrero y Marí eran los primeros en sentirse conscientes de ello e incluso el segundo llegaba a insinuar que algo fallaba en la promoción de este deporte, en la captación de nuevos y posibles valores. Marí hasta se atrevía a confesar que tal vez habría que flexibilizar en adelante los sistemas preparatorios, los modos y maneras de unas largas y duras concentraciones, esa vida propia de monjes, para no ahuyentar a los muchachos que quisieran acercarse a los lagos.

Pero, en tal tesitura, lo curioso es que también se intuía que las opciones próximas podrían ser superiores en la canoa que en el kayak, la especialidad habitual de los éxitos, con una medalla de plata en Montreal-76 y otra en Moscú-80, donde también se consiguió otra de bronce. Narciso Suárez y Enrique Míguez han empezado a demostrar que, efectivamente, en canoa también los españoles pueden deslizarse con brillantez.

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