Tribuna:

Oposiciones

El mes pasado se celebró una oposición para cubrir ocho plazas de, vigilantes de seguridad en un aeropuerto de Tenerife. Se presentaron 648 participantes, 648 criaturas que quedaron sumidas en un pasmo al recibir las preguntas del examen: "¿Cuáles son las vías del misticismo?", "¿De qué país es capital Bamako?", "¿Quién escribió El gran duque de Moscovia?" y demás menudencias culturales.Cierto es que faltan puestos de trabajo y sobra gente, que hay licenciados en Exactas que trabajan dándole a la pirindola en cualquier bingo, por ejemplo. Cabría pensar que nuestra sociedad le va ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El mes pasado se celebró una oposición para cubrir ocho plazas de, vigilantes de seguridad en un aeropuerto de Tenerife. Se presentaron 648 participantes, 648 criaturas que quedaron sumidas en un pasmo al recibir las preguntas del examen: "¿Cuáles son las vías del misticismo?", "¿De qué país es capital Bamako?", "¿Quién escribió El gran duque de Moscovia?" y demás menudencias culturales.Cierto es que faltan puestos de trabajo y sobra gente, que hay licenciados en Exactas que trabajan dándole a la pirindola en cualquier bingo, por ejemplo. Cabría pensar que nuestra sociedad le va tomando el gusto a esta inerme sobreabundancia de parados, y puede que, de ahora en adelante, las señoras de la limpieza tengan que saberse al dedillo los desviacionismos de Arriano, y que los pistoleros de aeropuerto, mentada sea la pistolería con todos los respetos, sean señores con hondos conocimientos de astrofisica. Con lo cual se matan dos pájaros de un tiro: por un lado se descalifica fácilmente a esos pesadísimos parados que siempre se presentan a centenares a cuanta oposición existe, y por otro se mete en cintura a los trabajadores levantiscos. Porque usted, que es jefe administrativo en una empresa, pongo por caso, y que no tiene ni repajolera idea de cuáles son las vías del misticísmo (vamos, confiese), ¿cómo va a tener la desfachatez de protestar porque le han congelado el sueldo este año cuando ni siquiera sabe contestar a una preguntita tan sencilla, propia de una oposición a empleo primario?

Claro que quizá no sea éste el verdadero trasfondo del asunto. Teniendo en cuenta que hace, unos meses se celebró en Málaga un examen para policías municipales en el que hubo preguntas del tipo de "¿Dónde vive el artrópodo llamado peripato?" y "¿En que año nació el político sueco Olof Palme?", podría deducirse una profunda intencionalidad política, una magna estrategia progresista, a saber: todo aquel que vaya a llevar armas, ya sea policía o vigilante, ha de ser tan culto o más que un cátedro. Algo así como la revolución cultural de Mao, pero sin chinos. Cualquiera sabe. Los designios de nuestras instituciones son como los de Dios: inescrutables.

Archivado En