"Se los ha tragado el asfalto"

La policía sigue sin tener ningún rastro de los seis reclusos que lograron evadirse el martes por la mañana de la cárcel Modelo de Barcelona. Altos mandos de la policía barcelonesa confirmaron ayer que "el despliege de efectivos no ha sido espectacular, porque en estos casos una actuación desorbitada no sirve casi para nada". Fuentes próximas a la investigación comentaron la situación con un lacónico "se los ha tragado el asfalto", argumentando que en estos casos los evadidos cuentan siempre con una cobertura que les permite desaparecer durante unos días.

El rastreo de los ev...

La policía sigue sin tener ningún rastro de los seis reclusos que lograron evadirse el martes por la mañana de la cárcel Modelo de Barcelona. Altos mandos de la policía barcelonesa confirmaron ayer que "el despliege de efectivos no ha sido espectacular, porque en estos casos una actuación desorbitada no sirve casi para nada". Fuentes próximas a la investigación comentaron la situación con un lacónico "se los ha tragado el asfalto", argumentando que en estos casos los evadidos cuentan siempre con una cobertura que les permite desaparecer durante unos días.

El rastreo de los evadidos -Enrique Fernández Higueras, el francés Robert Beraza, Antonio Sánchez Gómez, José Redondo Gómez, José Antonio Gómez Gilabert y Antonio Galante Galante- es mucho más sofisticado que el mero control de carreteras y se basa en las fichas policiales de cada uno de los fugados.

Todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, y de una forma especial los grupos de las brigadas de Policía Judicial y Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona, tienen ya un expediente completo de las características y costumbres de los fugitivos, así como un informe sobre las zonas geográficas donde estos reclusos podrían tener o pedir ayuda. El expediente incluye la relación de bares, pisos francos y domicilios de amigos y familiares que pueden ser utilizados como refugio por los seis evadidos.

Éste es el sistema utilizado habitualmente en los casos de fugas de delincuentes comunes, en los que se desestiman los rastreos masivos y peinados, habituales en la búsqueda de presuntos terroristas. La labor de seguimiento en locales familiares a los fugados permitió meses atrás la detención en Barcelona de Rafael Bueno Latorre, tras su fuga de un hospital de Burgos, operación en la que fueron asesinados dos policías nacionales.