Un muerto y dos heridos al hundirse en Barcelona una antigua fábrica

Un joven resultó muerto por aplastamiento y otros dos heridos de diversa consideración a causa del hundimiento producido pocos minutos después de las ocho de la noche de ayer en el solar que ocupó hasta hace poco la empresa textil Catex, en el barrio de Poble Nou, de Barcelona.Los dos heridos son Juan José Muñoz Pernas, de 19 años, y su primo Francisco González Pernas, de 25 años. Ambos eran chatarreros y, junto con el fallecido -al parecer, se trata de Franciso Santiago Jiménez, de 25 años-, habían acudido al solar para recoger los materiales aprovechables tras el derribo. La hipótesis más pr...

Un joven resultó muerto por aplastamiento y otros dos heridos de diversa consideración a causa del hundimiento producido pocos minutos después de las ocho de la noche de ayer en el solar que ocupó hasta hace poco la empresa textil Catex, en el barrio de Poble Nou, de Barcelona.Los dos heridos son Juan José Muñoz Pernas, de 19 años, y su primo Francisco González Pernas, de 25 años. Ambos eran chatarreros y, junto con el fallecido -al parecer, se trata de Franciso Santiago Jiménez, de 25 años-, habían acudido al solar para recoger los materiales aprovechables tras el derribo. La hipótesis más probable es la que apunta como origen del hundimiento el intento de retirar una viga. El juez que instruye el caso ordenó la detención del responsable de que el solar no estuviera vallado.

El solar que ocupó la empresa Catex está situado en la esquina de las calles de Pallars y Bilbao. En el derribo de las paredes de los antiguos almacenes, -que seguían en pie, trabajaba desde hace unas tres semanas la empresa Derribos Esteban, por subrogación de Derribos Martínez, a la que se había concedido la licencia municipal. Según los vecinos, los trabajos se paralizaron hace una semana y durante este tiempo los niños del barrio invadieron el lugar como escenario predilecto de sus juegos y numerosas personas acudieron al solar a buscar, cobre y otros elementos aprovechables. Según algunas opiniones recogidas a los pocos momentos de producirse la tragedia, la paralización del derribo se debía a la espera de que se retiraran los contadores eléctricos y un transformador.

El hecho de que el solar no estuviese vallado puede dar paso a una acusación de imprudencia temeraria por incumplimiento de esta obligación.