Cartas al director

Madrid no sabe leer

De toda la intoxicación referente a ETA y Vasconia, la que más destaca, la que arrastra a cualquier madrileño próximo a un frasco de tinta o a un micro, es la que concierne a las misivas de los obispos.Hay que vomitar humo muy negro, hay que hablar de espaldas a todo lo firmado y predicado, hay que ser tonto cuando no fariseo en nómina, para ignorar que los obispos vascos suelen andar en la mejor media de los derechos humanos.

Madrid torre de control se hace el loco, tiene bula para perder las gafás, para fingir que los obispos de aquí escriben en chino, para leer páginas sin abrirlas y...

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De toda la intoxicación referente a ETA y Vasconia, la que más destaca, la que arrastra a cualquier madrileño próximo a un frasco de tinta o a un micro, es la que concierne a las misivas de los obispos.Hay que vomitar humo muy negro, hay que hablar de espaldas a todo lo firmado y predicado, hay que ser tonto cuando no fariseo en nómina, para ignorar que los obispos vascos suelen andar en la mejor media de los derechos humanos.

Madrid torre de control se hace el loco, tiene bula para perder las gafás, para fingir que los obispos de aquí escriben en chino, para leer páginas sin abrirlas y enfilar prelados mucho mas próximos al pueblo y a la vida que al imperio civil, a la mentira y a cualquier muerte.

Madrid no entiende qué es cualquier muerte", porque su medida es el Estado, no el hombre.

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Cristo no se hizo molusco ni extraterrestre, ni computadora, sino hombre, y cualquier probabilidad de que su Iglesia sobreviva es que permanezca fiel al hombre. De manera que la Iglesia no tiene ningún compromiso específicamente vasco, sino una naturaleza humana y popular, forzosa, vasca aquí, malgache allá.

La blasfemia humana es que no entren por los cables ni se cuenten las sacas de detenidos absolutamente inocentes, sus razones, sus porcentajes, sus modos, sus efectos, sus pretensiones, por ejemplo en la Chantrea de Pamplona, zona curtida en aguantar salvajadas y programas represivos, ni más ni menos criminales que los crímenes mismos. Un remolino no tiene partes- Pamplona.

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