Cartas al director

El remo olímpico

Le dirio estas líneas para denunciar una situación harto injusta, a la que nos lleva por enésima vez la incompetencia de los dirigentes del deporte nacional; en este caso, los de remo olímpico.En el mes de abril fui designado por el director técnico de la Federración Española de Remo para hacerme cargo de una posible selección nacional de féminas, que -¡asómbrense ustedes, año 1984!- nadie se había planteado hasta la fecha, existiendo, sin embargo, chicas que, como posteriormente han demostrado, tienen categoría suficiente para hacer un papel digno en regatas internacionales, como un cuarto lu...

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Le dirio estas líneas para denunciar una situación harto injusta, a la que nos lleva por enésima vez la incompetencia de los dirigentes del deporte nacional; en este caso, los de remo olímpico.En el mes de abril fui designado por el director técnico de la Federración Española de Remo para hacerme cargo de una posible selección nacional de féminas, que -¡asómbrense ustedes, año 1984!- nadie se había planteado hasta la fecha, existiendo, sin embargo, chicas que, como posteriormente han demostrado, tienen categoría suficiente para hacer un papel digno en regatas internacionales, como un cuarto lugar en las regatas de Macon (Francia), frente a diferentes equipos de países tan cualificados como Francia, Bulgaria, Bélgica, Suiza, Italia y Holanda, así como, a nivel de club, unos magníficos primero y segundo lugares en las regatas de Souston (Francia) y Mannheim (Alemania Occidental).

De repente, nos llega la noticia de que los ilustrísímos directivos de la Federación Española de Remo se niegan a continuar con los planes previstos para este año en cuanto al remo femenino, alegando problemas de presupuesto, mientras que, con seguridad, muchos de ellos se irán colocando en los diferentes desplazamientos que realicen las selecciones masculinas (como anécdota, recuerdo que en los pasados mundiales, celebrados en Duisburgo -Alemania Occidental-, llegué a contar cuatro o cinco y, ¡asómbrense!, ninguno hablaba alemán).

En resumen, considero que he sido engañado, pero no me preocupo por mí, acostumbrado a este tipo de zancadillas, sino por esas magníficas chavalas que a diario trabajan sin desmayo en pro de conseguir que se abra la puerta de la discriminación machista a la que se ven sometidas. No se preocupen, seguiremos en la brecha.-

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. Entrenador del Real Círculo de Labradores, .

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