Una viuda que desea quedar embarazada de su marido muerto centra el interés de los franceses

Un hombre ha muerto, y una mujer quiere que ese hombre la deje encinta. Francia vive pendiente de este caso que por primera vez se plantea ante los tribunales y que, en términos más simples, se explica como sigue: Corinne, de 23 años de edad, muy atractiva, fue la esposa de Alain Parpalaix, muerto de cáncer de testículos el pasado mes de diciembre de 1983, y que antes de su muerte, por indicación de los médicos, ante el peligro de quedarse estéril, había depositado esperma en un banco de semen.

Alain y Corinne se habían conocido dos años antes, pero apenas habían pasado algunos mese...

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Un hombre ha muerto, y una mujer quiere que ese hombre la deje encinta. Francia vive pendiente de este caso que por primera vez se plantea ante los tribunales y que, en términos más simples, se explica como sigue: Corinne, de 23 años de edad, muy atractiva, fue la esposa de Alain Parpalaix, muerto de cáncer de testículos el pasado mes de diciembre de 1983, y que antes de su muerte, por indicación de los médicos, ante el peligro de quedarse estéril, había depositado esperma en un banco de semen.

Alain y Corinne se habían conocido dos años antes, pero apenas habían pasado algunos meses cuando ya se declararon los primeros síntomas de la enfermedad de Alain, que tuvo que someterse a una operación seria. Fue entonces cuando se le recomendó que depositara esperma en el banco destinado al efecto, que en Francia se denomina Centro de Estudios y de Conservación de Esperma (Cecos). En efecto, Alain, tras la intervención quirúrgica, podría quedar estéril.En el mes de diciembre de 19831 -la vida de Alain, de 26 años, se extinguía y 48 horas antes de morir se casó en el hospital con Corinne. A partir de este momento, ésta reclama al Cecos el esperma de su marido para procrear un hijo.

La institución se lo niega, porque el caso es inédito, y le recomienda dirigirse al ministerio de tutela del Cecos, el de la Salud, que a su vez, ante el vacío jurídico con el que choca el asunto, se calla y en última instancia le recomienda paciencia a la viuda, mientras se mantiene congelado el esperma de su marido.

Ante dicha situación, por fin Corinne se ha decidido a recurrir a los tribunales, que por primera vez en la historia de este país se enfrentan con un caso semejante. Anteayer se celebró el juicio. El abogado defensor estima que, jurídica y filosóficamente, el esperma de Alain pertenece a Corinne.

El defensor del Cecos piensa que un muerto no habla y, por tanto, no se sabe si quería o no tener un hijo, ya que, según las estructuras jurídicas del Cecos, Alain había depositado su esper ma como quien deposita otro objeto cualquiera que no se sabe para qué va a usarlo.

El defensor señaló que el objetivo de un banco de semen es estrictamente terapeútico, como remedio contra la esterilidad masculina, mientras que un embarazo no puede considerarse un objetivo terapeútico..

Los padres de Alain apoyan la acción judicial de su nuera y aseguran que su hijo quería que ese esperma fuese utilizado para embarazar a Corinne. De esta última todos afirman que es una mujer normal, sin ningún síntoma que pueda hacer pensar en deseos o fantasías enfermizas.

El juicio ha quedado aplazado hasta el próximo día 11 de julio y su desenlace creará probablemente jurisprudencia y quizá ponga al día una legislación que ha perdido el tren de la evolución técnica.

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