CIENCIA

Suspendido de nuevo el lanzamiento de la nave 'Discovery', a cuatro segundos del despegue, por fallo de un motor

El lanzamiento del nuevo transbordador espacial norteamericano Discovery fue aplazado ayer por segunda vez, cuando faltaban sólo cuatro segundos para el despegue del vehículo, por un problema en uno de los motores principales de la nave. Un pequeño incendio, rápidamente controlado, añadió dramatismo a la suspensión, debido al peligro que corrían los seis cosmonautas en un vehículo cargado con centenares de miles de litros de combustible. El aplazamiento puede en esta ocasión durar varias semanas, según fuentes de la NASA.

El pasado lunes, el lanzamiento fue suspendido por primera ve...

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El lanzamiento del nuevo transbordador espacial norteamericano Discovery fue aplazado ayer por segunda vez, cuando faltaban sólo cuatro segundos para el despegue del vehículo, por un problema en uno de los motores principales de la nave. Un pequeño incendio, rápidamente controlado, añadió dramatismo a la suspensión, debido al peligro que corrían los seis cosmonautas en un vehículo cargado con centenares de miles de litros de combustible. El aplazamiento puede en esta ocasión durar varias semanas, según fuentes de la NASA.

El pasado lunes, el lanzamiento fue suspendido por primera vez debido a un fallo en el sistema de ordenadores. Después del fallo de ayer, los astronautas fueron autorizados a abandonar el centro espacial Kennedy, lo que parece indicar que la nueva fecha de lanzamiento no está próxima.En esta ocasión fue una válvula de combustible defectuosa en uno de los motores principales del Discovery la que causó el aplazamiento indefinido del lanzamiento, pocos segundos antes de la hora prevista (las 14.23, hora peninsular). Según esta información, los ordenadores de a bordo detectaron el problema de la válvula en uno de los dos motores que ya estaban encendidos, y al tiempo que ordenaban el paro de éstos impidieron el encendido del tercero, que estaba a punto de producirse.

En el transbordador se produce el encendido de los tres motores principales de forma consecutiva, y tras ellos se encienden los dos cohetes de combustible sólido (boosters). En caso de que se hubiera llegado a producir el encendido de estos cohetes, que no se pueden apagar y que son los que proporcionan energía suficiente para situar el transbordador en órbita, el lanzamiento hubiera tenido que realizarse de todas maneras.

La NASA también reveló que hubo un pequeño incendio en el compartimiento de motores de la nave que hizo necesaria la intervención de personal de tierra para apagarlo, aunque se cree que la nave no sufrió daños significativos. Thomas Ustman, director de operaciones, señalo que la situación hubiera podido ser peligrosa para los seis tripulantes si no se hubiera podido controlar con rapidez, dado que el tanque externo de la nave contiene casi un cuarto de millón de litros de oxígeno e hidrógeno, cuya mezcla es explosiva.

La cuenta atrás

El comandante de la misión Henry Hartsfield, y el copiloto, Michael Coats, se encontraban en los controles del aparato cuando se produjo la interrupción en la cuenta atrás. La segunda mujer cosmonauta norteamericana, Judy Resnick, y el especialista civil Charles Walker estaban en el puente inferior de la nave, mientras que los dos cosmonautas restantes, Steven Hawley y Richard Mullane, se encontraban en el puente de vuelo. Fue necesario esperar a que se enfriaran los motores antes de que la tripulación pudiera abandonar la nave para pasar a sus habitaciones, en completo aislamiento.Se trata de la primera vez en la historia del transbordador espacial desde su viaje inaugural, en abril de 1981, que se producen problemas en el lanzamiento. El motor que tenía la válvula defectuosa procedía de otro de los transbordadores, el Challenger, y había funcionado sin problemas en vuelos anteriores.

Antes del lanzamiento ya se habían producido problemas con los motores del Discovery, dos de los cuales proceden del Challenger. Uno de estos problemas, en el revestimiento interno de una bomba, hizo que se pospusiera el lanzamiento algunos días. Este nuevo aplazamiento puede suponer un serio revés para la NASA que quería acelerar el ritmo de lanzamientos de estos camiones del espacio, el próximo de los cuales estaba previsto para finales del mes de agosto.

Algunos cálculos indican que este retraso cuesta entre 1,5 y 2 millones de dólares diarios (entre 225 y 300 millones de pesetas) a la NASA, aunque un portavoz de la agencia espacial se ha negado a confirmar estos datos.

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