Un año de gestión del Defensor del Pueblo(...)

Al rendir a las Cortes cuenta de su primer año de actividad, se puede ya decir que el señor Ruiz Giménez y el competente equipo de que ha sabido rodearse ha llevado a cabo una gestión eficaz, encarado simultáneamente con el montaje de la institución y con la masa ingente de trabajo que representan las 30.000 peticiones o quejas recibidas, número muy por encima del habitual en otros países, y que, por ejemplo, supera en 10 veces el correrspondiente al país clásico de la institución: Suecia. El extenso y cuidado informe presentado a las Cámaras es, efectivamente, como dice, una especie de radiog...

Al rendir a las Cortes cuenta de su primer año de actividad, se puede ya decir que el señor Ruiz Giménez y el competente equipo de que ha sabido rodearse ha llevado a cabo una gestión eficaz, encarado simultáneamente con el montaje de la institución y con la masa ingente de trabajo que representan las 30.000 peticiones o quejas recibidas, número muy por encima del habitual en otros países, y que, por ejemplo, supera en 10 veces el correrspondiente al país clásico de la institución: Suecia. El extenso y cuidado informe presentado a las Cámaras es, efectivamente, como dice, una especie de radiografía social de España, en la que nuestro pueblo aparece fielmente retratado con sus necesidades, sus quejas y sus aspiraciones, que los gobemantes deben satisfacer.Por esto nos parecen fuera de lugar las observaciones que en el Congreso hizo el vicepresidente primero de la Cámara, socialista, acusando al señor Ruiz-Giménez de intromisión indebida y crítica al Gobierno, y de poner en peligro el sistema político-jurídico. El Defensor del Pueblo podía haber entrado en temas muy políticos de manera directa, y con la Constitución en la mano nadie podría haberle censurado por ello (otra cose es que se le hubiese consentido seguir por ese camino); pero el caso es que se ha mantenido en la esfera administrativa, y con la máxima delicadeza para no herir competencial específicas, e incluso -para no sustituir a los ciudadanos en su actuación ante el Tribunal Constitucional (sólo dos veces se ha dirigido a éste., y en casos de manifiesta indefensión). Pero, claro, es que si en esa esfera admnistrativa tropieza con denuncias de fallos que se deben corregir, deber suyo es hacerse eco de aquéllas y deber de los criticados aceptar la crítica; esto, o cerrar la institución, si es que hay políticos de piel tan fina que no pueden soportar la menor censura. Es digno de mención el hecho de que, en la sesión del Senado (el informe fue presentado separadamente a las dos Cámaras) ningún grupo político puso reparos, y sí aplausos y estímulo al Defensor del Pueblo.

Pero en cierto modo, como allí se dijo, defensores del pueblo debemos ser todos. De ahí la responsabilidad del Gobierno y del Parlamento ante esas 36 sugerencias legislativas - del informe, que deben ser recogidas mediante los oportunos proyectos o proposiciones de ley. ( ... )

, 9 de junio.