Muere un ladrón al dispararse la pistola que portaba en un forcejeo con su víctima

Un hombre resultó muerto a última hora de la noche del sábado al dispararse la pistola que portaba, durante un forcejeo que sostuvo con la dueña de la vivienda donde estaba robando, de 60 años de edad, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid. El hombre, de unos 40 años, corpulento, bien vestido y con rasgos de apariencia árabe, aún no había sido identificado ayer.Los hechos se produjeron en una vivienda de 1.000 metros cuadrados que ocupa la planta cuarta del inmueble número 102 del paseo de la Castellana, en Madrid. El ladrón había subido hasta la planta citada, quizá por...

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Un hombre resultó muerto a última hora de la noche del sábado al dispararse la pistola que portaba, durante un forcejeo que sostuvo con la dueña de la vivienda donde estaba robando, de 60 años de edad, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid. El hombre, de unos 40 años, corpulento, bien vestido y con rasgos de apariencia árabe, aún no había sido identificado ayer.Los hechos se produjeron en una vivienda de 1.000 metros cuadrados que ocupa la planta cuarta del inmueble número 102 del paseo de la Castellana, en Madrid. El ladrón había subido hasta la planta citada, quizá por pensar que se encontraba deshabitada, escalando unos andamios colocados ante la fachada para efectuar obras de reparación, y se había introducido en la vivienda forzando una ventana.

Después de recorrer varias dependencias, en las que se apoderó de varios objetos pequeños de gran valor, que envolvió en un pañuelo, penetró en el dormitorio de Elvira Lago, propietaria de la casa, que estaba sola porque su marido había salido de Madrid en viaje de negocios. Al encontrar a la mujer, que dormía en la cama, comenzó a propinarle golpes en la cabeza con la culata de una pistola, según informó ayer el abogado de Elvira Lago.

Como consecuencia de uno de los golpes, la pistola se disparó y alcanzó al agresor en un dedo de una mano y en el estómago. El ladrón retrocedió hasta el pasillo, donde cayó al suelo. Mientras tanto, Elvira Lago, a la que había despertado la agresión, logró pulsar un timbre para avisar al mayordomo. El sirviente no había oído nada porque se encontraba en el otro extremo de la vivienda.

El mayordomo avisó a un médico que reside en el mismo inmueble, pero cuando éste llegó el herido ya había fallecido. Elvira Lago fue trasladada a la clínica Loreto, donde no pudo permanecer por falta de camas. Conducida a la clínica de la Concepción, ingresó en una de las suites privadas. Los médicos diagnosticaron a la mujer contusiones múltiples en cabeza y rostro, incluido un gran hematoma en un ojo.

La policía encontró en la vivienda un casquillo del calibre nueve milímetros corto, procedente de la pistola Tauler que llevaba el ladrón.

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