Cartas al director

Polémica sobre ciencia y filosofía

Las recientes alusiones que el profesor Germán Sierra me hace en esta sección me incitan a responderle, aunque me sorprende el hecho de que invocando la ciencia, respete en tan escasa medida su espíritu de rigor. Efectivamente, el profesor Sierra había afirmado que en las facultades de Filosoria no se otorga con sideración alguna a los problemas del mundo risico, del mundo biológico o del mundo matemático". Yo le indicaba las materias en que en nuestro actual plan de estudios se atiende am plíamente a dicha problemática. Es un hecho objetivo, fácilmente comprobable e incompatible con las afir...

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Las recientes alusiones que el profesor Germán Sierra me hace en esta sección me incitan a responderle, aunque me sorprende el hecho de que invocando la ciencia, respete en tan escasa medida su espíritu de rigor. Efectivamente, el profesor Sierra había afirmado que en las facultades de Filosoria no se otorga con sideración alguna a los problemas del mundo risico, del mundo biológico o del mundo matemático". Yo le indicaba las materias en que en nuestro actual plan de estudios se atiende am plíamente a dicha problemática. Es un hecho objetivo, fácilmente comprobable e incompatible con las afirmaciones del profesor Sierra; consecuentemente, las refuta. Lo lógico hubiera sido, pienso, que el profesor Sierra reconociera que se había equivocado por falta de información.En lugar de ello, el profesor Sierra me pide, en primer lugar, que demuestre que la división del bachillerato en ciencias y letras no fue responsabilidad de los hombres de letras. Evidentemente, no tiene nada que ver con lo anteriormente debatido, pero es que, además, había que recordarle al profesor Sierra algo elemental, lógica y jurídicamente: que la carga de la prueba o de la acusación recae sobre quien realiza una afirmación. Si el profesor Sierra opina que de esta división son responsables hombres de letras, a él le corresponde probarlo. Yo hace ya mucho tiempo he expresado mi desacuerdo con ella, pero me tiene perfectamente sin cuidado que fuera, introducida por gentes de ciencias o de letras, entre otras cosas, porque considero trasnochada tal división del mundo de la cultura.

En segundo lugar, me pide también el profesor Sierra que le explique cómo se puede enseñar filosofía de la ciencia a alumnos deprivados de formación científica en el bachillerato. Es un problema, pero no de bachillerato simplemente: la formación científica de un filósofo requiere bastante más que un bachillerato en ciencias. El caso es que, afortunadamente, después del bachillerato se sigue apren diendo. Yo espero que la formación cultural del profesor Sierra no haya quedado clausurada con su bachillerato. Del mismo modo, esperamos y procuramos que nuestros estudiantes vayan com pletando la formación general ne cesaria para hacer filosofía Intentar un balance. de este empeño y su metodología en una carta carecería de seriedad.

Y, finalmente, tengo que informar al profesor Sierra -perdone que le prolongue su sithación discipular- de que la filosofía de la ciencia en España no tiene un carácter esporádico y marginal; son ya de los años treinta las aportaciones de García Bacca, y desde la revista Theoria, en los cincuenta, hasta los actuales congresos de filosofia de la ciencia en Oviedo se ha mantenido una continuidad de trabajo. Espero que es tas informaciones sean de utilidad al profesor Sierra en su curiosa preocupación por las facultades de filosofía.

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catedrático de universidad.

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