Cartas al director

El embargo de Vanguard

Pocos, muy pocos poderes públicos quedan o quedaban intocables en este país. A través de la corta etapa de la transición, la democracia ha ido rompiendo tupidos velos. Lo vivimos el 23-F respecto a la conducta de algunos militares. Lo volvimos a vivir con el caso Rumasa respecto a algunas actitudes bancarias... Pero sigue habiendo otro poder, el judicial, entre el tabú y lo intocable. Recientemente, un grupo de trabajadores de Vanguard se autodespidieron a través de una demanda. Dada la situación legal de suspensión de pagos e insolvencia de la empresa, el Fondo de Garantía Salarial debía actu...

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Pocos, muy pocos poderes públicos quedan o quedaban intocables en este país. A través de la corta etapa de la transición, la democracia ha ido rompiendo tupidos velos. Lo vivimos el 23-F respecto a la conducta de algunos militares. Lo volvimos a vivir con el caso Rumasa respecto a algunas actitudes bancarias... Pero sigue habiendo otro poder, el judicial, entre el tabú y lo intocable. Recientemente, un grupo de trabajadores de Vanguard se autodespidieron a través de una demanda. Dada la situación legal de suspensión de pagos e insolvencia de la empresa, el Fondo de Garantía Salarial debía actuar, como en multitud de casos similares, haciendo frente al pago de las indemnizaciones. Sin embargo, un magistrado falló que lo pertinente era el embargo sobre unos medios de producción de la empresa, cuando ésta se halla en fase de reconversión y tiene 856 trabajadores en plantilla que se quedan irreversiblemente sin trabajo si se efectúa aquel embargo. ¿Cómo puede explicarse eso? /

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